Colombia en choque: “No hay alternativa a la paz”
30 de agosto de 2019"Quienes siguen en la legalidad van a tener todo el apoyo y el soporte del gobierno (de Iván Duque)”, dijo en un comunicado este 29 de agosto, el Alto Comisionado para la Paz, Miguel Ceballos, tras el anuncio del grupo de disidentes en torno a Márquez y Santrich de retomar las armas. Por otro lado, casi al unísono, el exguerrillero Rodrigo Londoño, presidente del partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) decía en Twitter que "nos reafirmamos en nuestro compromiso con la paz y la exigencia de su cumplimiento, por sobre el eco delirante que alimenta la sevicia de los señores de la guerra”. Una postura que Ceballos, en nombre del Gobierno de Duque, recibió "de la mejor manera”.
Ambas partes respaldan los datos verificados de Naciones Unidas sobre que "más del 90% de los exguerrilleros siguen su camino hacia la paz, estudiando, aprendiendo nuevos oficios, abriendo pequeños negocios o trabajando como guardabosques”. Si algo positivo ha surgido de la conmoción que aún causa la decisión de Márquez y Santrich de volver a la armas, es la coincidencia entre el Gobierno y el partido FARC en el compromiso con la paz y en las críticas a quienes abandonan la legalidad.
La mayoría de excombatientes siguen apostando por la paz
Pero sin justificar lo injustificable, la politóloga Viviana García Pinzón, del Instituto Alemán para Estudios Globales y Regionales (GIGA), con sede en Hamburgo, recuerda que, a pesar de todo el espectáculo mediático, "la argumentación de los disidentes se basa justamente en partes fundamentales del Acuerdo de Paz que este Gobierno no ha cumplido y que siempre fueron las causas del conflicto”. García Pinzón se refiere en concreto a "la Reforma Rural Integral y las garantías de seguridad a los excombatientes”.
Los obstáculos e incumplimientos del Acuerdo de Paz "han dividido a los antiguos exguerrilleros en una gran mayoría de más de 10 mil personas que, a pesar de los problemas, se mantienen en el proceso de paz, mientras cuatro exlíderes y 17 milicianos han decidido regresar a la ilegalidad”, apunta Viviana García, doctoranda de la Universidad de Marburg. "A pesar de todo lo que hay por cumplir del Acuerdo de Paz y la inequidad que perdura, nada justifica la lucha armada”, dice también a DW Stefan Peters, director del Instituto Colombo-Alemán para la Paz (CAPAZ).
"No hay alternativa a la paz”, insiste el director de CAPAZ, y prosigue: "Si el Gobierno de Colombia quiere impulsar el desarrollo al que apunta, solo podrá lograrlo si asume la paz como una verdadera prioridad”. Peters, catedrático en solución de conflictos, pone en contexto que "si bien la mayoría de los exguerrilleros están con la paz, el ambiente de zozobra e incertidumbre creado por "los ataques contra la Justicia Especial de Paz (JEP) y las mentiras difundidas -como que el Acuerdo de Paz le entregaba presuntamente el país a la desaparecida guerrilla-, han influido negativamente en el proceso”.
¿Por qué retomar las armas ahora?
En medio de un ambiente de elecciones regionales y locales, previstas para el 27 octubre, y al tiempo que la Misión de Observación Electoral había advertido del clima de tensión en el que políticos buscan votos a favor o contra el proceso de paz, el grupo de disidentes en torno a Márquez y Santrich se apuntaron un golpe mediático. ¿Pero cuál efecto tendrá?
"Si bien el anuncio del regreso a las armas de un grupo de exguerrilleros afecta la construcción de paz, los primeros damnificados son el partido FARC y los desmovilizados que están en su proceso de reincorporación”, reitera la politóloga García. Pero si quienes abandonaron el Acuerdo de Paz quisieron ganar respaldo y adeptos con la presentación de sus exigencias con arma en mano, lo que puede suceder es lo contrario: "Ahora, más que nunca, debemos apoyar a las comunidades y excombatientes que se están reintegrando a la sociedad, porque si no lo hacemos el fracaso del Acuerdo de Paz no será ni de las FARC, ni de Santos, ni de Duque, será de la sociedad colombiana”, concluye Viviana García Pinzón.
Para Stefan Peters, "la solución a la inmensa inequidad en la distribución de la tierra sigue siendo el tema central del Acuerdo de Paz, en el que este Gobierno no ha avanzado”. Tanto Peters como García no dudan en reconocer que "Venezuela es un factor de inestabilidad regional", pero también en reiterar que "los problemas que generan la violencia en Colombia están dentro de Colombia misma”.
"La mayor guerrilla de América” no "está de vuelta", desapareció, y es hoy un partido político que defiende, al lado del Gobierno de Iván Duque el Estado de derecho. Ese ya es un logro nada despreciable. Los que han regresado son los fantasmas de la guerra. Pero ni la Bolsa de Bogotá ni los mercados parecen tenerles ya miedo: las acciones no cayeron.
(cp)
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