Colonia: la renana alegría de vivir
15 de abril de 2006
Colonia tiene mucho que ofrecer. La cuarta ciudad de Alemania -por su casi millón de habitantes- es la metrópoli más antigua del país. Los romanos fundaron hace 2000 años a orillas del Rin, la "Colonia Agrippina"; huellas de sus colonizadores se encuentran aún por todas partes.
El Rin fue ganando en importancia a lo largo de los siglos como vía de navegación y de transporte fluvial desde los Alpes hasta el Mar del Norte, y así ésta que fuera colonia romana, durante la Edad Media se convirtió en un floreciente centro comercial.
Con la catedral siempre en la mira
Sin embargo, el verdadero imán de Colonia es sin duda su impresionante catedral gótica, uno de los monumentos más famosos y visitados de Alemania. La catedral más grande del país tardó más de 600 años en construirse y no fue terminada hasta el siglo XIX. La estampa de las dos torres de 157 metros de altura es el foco de atención de Colonia.
Rápida reconstrucción
Los monumentos, las casas a dos aguas y las callejuelas estrechas en el casco antiguo, permiten imaginar vagamente el aspecto que tenía la ciudad antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando su casco urbano fue destruido en un 90 por ciento. Hoy día destacan los edificios de viviendas altos y funcionales, construidos en la posguerra.
Para todos los gustos
La oferta cultural de Colonia no se reduce a la zona histórica, sin embargo, puesto que cuenta con una amplia oferta cultural. Hay más de 150 galerías y casi medio centenar de museos: el Museo Ludwig con una amplia colección de arte contemporáneo; el Museo Romano-Germano con valiosísimas obras de la antigüedad. También los hay más exóticos como el Museo de Deportes o el Museo del Chocolate, que atraen a muchos curiosos. Es además una importante sede mediática. Desde aquí retransmiten diez emisoras de radio y de televisión.
Los melómanos también encontrarán aquí lo que buscan. Desde conciertos clásicos, pasando por música de improvisación, el tecno o la world music. Colonia es, sobre todo, la meca para los amantes del jazz. Y por si fuera poco, es sede de la feria de música pop más grande de Europa, la Popkomm.
Alegría de vivir
La alegría de los renanos se refleja claramente en la ciudad de Colonia. Cuando hace buen tiempo, la vida se concentra en los cafés y en las cervecerías que se encuentran a lo largo y ancho de la ciudad. El " Ring " es un bulevar que atraviesa el centro urbano y que sigue el recorrido de la antigua muralla. Este paseo con forma de semicírculo alberga numerosos bares, restaurantes, discotecas y salas de cine. Sin embargo, los coloneses prefieren quedarse en su barrio o "Veedel". En los bares de su zona todos se conocen y el ambiente es mucho más familiar y es ahí donde los coloneses pueden dedicarse a su pasatiempos favorito: la conversación. La mayoría de los bares y restaurantes tienen por clientes a los diferentes grupos y clubes que se preparan para el famoso carnaval de Colonia.
El jueves de Carnaval, a las 11 y 11, los orates y los bufones asumen temporalmente el gobierno de la ciudad, llenando calles, bares y hasta supermercados con sus disfraces y su alegría. "Kölle alaaf!", es el grito de alegría a lo largo y ancho de Colonia cuando ha comenzado la "quinta estación" del año. Y reina el estado de excepción. Las bandas de música tocan las melodías carnavalescas y todos bailan al ritmo de los silbidos y las trompetas. La ciudad se viste de fiesta ininterrumpida, hasta el miércoles de ceniza.
Pero los habitantes de Colonia no sólo hacen gala de este humor durante los carnavales; el resto del año conservan buena parte de él. Hay pocas ciudades en Alemania que se caractericen tanto por la sociabilidad de sus habitantes. En los bares y las cervecerías de Colonia -en las que se sirve la típica cerveza "kölsch"- un extraño no tardará en ser integrado en una de las mesas por los clientes más habituales.