Comenzó la Oktoberfest
22 de septiembre de 2007Tres golpes con un mazo de madera necesitó el alcalde de Múnich, Christian Ude, para abrir el primer barril de cerveza y al grito de 'Ozapft is' ('abierto está', en dialecto bávaro) inauguró oficialmente la Oktoberfest, la tradicional Fiesta de la Cerveza de Múnich.
Con el estruendo de los 12 cañonazos de rigor, Ude alcanzó la primera jarra de cerveza al primer ministro bávaro saliente, Edmund Stoiber, con lo que quedó libre el camino para la fiesta popular más grande del mundo, que durará dos semanas y que transforma la ciudad en un jolgorio interminable.
Miles de personas entraron luego a enormes tiendas en la Theresienwiese, un terreno de unas 30 hectáreas, donde todos los cerveceros bávaros colocan mesas y bancos de madera en las que se sientan los visitantes.
6 millones de litros de cerveza
Tras la ceremonia inaugural, comenzó la esperada cabalgata de siete kilómetros, protagonizada por unas 8.000 personas ataviadas con trajes típicos y acompañadas de bandas de música tradicional.
Se esperan para este año unos seis millones de visitantes de todo el mundo que, seguramente, como cada año consumirán más de seis millones de litros de cerveza de los diversos tipos.
El año pasado se lograron vender 6,1 millones de litros de cerveza. La hay para todos los gustos: de la más fuerte, la Salvator- Doppelbock, a la cobriza Hubertusbock o a la típica Maibock.
Arte culinaria: de la salchicha a la pierna de cerdo
Pero además de beber, en la Fiesta de la Cerveza de la capital bávara se come en cantidades asombrosas: salchichas de todo tipo, pero sobre todo las blancas de Baviera con mostaza dulce, pierna de cerdo y otras carnes a la parrilla son algunos de los platos más típicos en esta fecha.
La Fiesta de la Cerveza se extenderá hasta las 23:30 horas (21:30 GMT) del día siete de octubre, fecha en la que ante la multitud, los representantes de la ciudad volverán a alzar el grito, esta vez para decir: “Aus is!”, en español, “¡se acabó!”
La Oktoberfest tiene lugar desde 1810, año en el que se celebró como acto en honor a la boda del príncipe Luis, heredero de Baviera, con la princesa Tehrese de Sachsen-Hilburghause.