Comienza la Segunda Guerra Mundial
2 de junio de 2009Tras el incendio del edificio del Reichstag, a finales de febrero de 1933, los diputados sesionaban en el edificio de la Ópera de Kroll. Desde que el Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores (NSDAP), y su líder, Adolf Hitler (1889-1945), se hicieran del poder seis años antes, los diputados ya sólo se limitaban a aprobar con la cabeza las leyes del gobierno. Ya no tomaban decisiones en realidad. Todos los diputados pertenecían al Partido Nacionalsocialista Alemán (NSDAP), los otros partidos habían sido prohibidos, sus funcionarios habían sido asesinados, apresados, expulsados fuera del país o habían sido inmovilizados políticamente. En aquella mañana del 1 de septiembre de 1939 una calma tensa dominaba el ambiente antes de que comenzara la sesión.
Emisora de radio Gleiwitz
A las diez de la mañana Hitler subió al podio y afirmó que el ejército polaco había penetrado con soldados regulares en territorio alemán y había abierto fuego. “Desde las 5 y 45 minutos se está repeliendo la ofensiva y se devuelve bomba por bomba”. Apenas había declarado esto, los diputados saltaron de sus sillas y gritaron: “¡Heil Hitler!”.
Posteriormente se justificó el inicio de la guerra con un supuesto asalto de guerrilleros polacos sobre la emisora alemana de Gleiwitz, cerca de la frontera polaca, que habían acosado con provocaciones antialemanas y asesinado a un técnico. El asalto había sido una puesta en escena y sucedió, presuntamente, por órdenes del jefe de los servicios de seguridad, Reinhard Heydrich (1904-1942).
Mientras que el entusiasmo entre los diputados era grande, entre la población no sucedía lo mismo. El recuerdo de la Primera Guerra Mundial seguía fresco en la memoria de muchos como para que se recibieran con entusiasmo la noticia del ataque a Polonia.
Guerra relámpago
Inicialmente las preocupaciones de los escépticos se revelaron infundadas, pues el ejército alemán derrotó a Polonia en poco más de seis semanas. En 1940 siguió la ocupación de Dinamarca y Noruega. El 10 de mayo de 1940, las tropas alemanas tomaron por asalto primero a los países neutrales Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo y finalmente invadieron Francia. Con la firma de un acuerdo de armisticio, el 21 de junio de 1940 con negociadores franceses, la guerra relámpago había concluido en el oeste, exactamente seis semanas y tres días después de haber sido iniciada. Hitler, considerado en ese momento el “mayor estratega de todos los tiempos”, se encontraba en la cúspide de su popularidad.
Mientras que en 1941 fracasó la batalla aérea por la conquista de Inglaterra, ese mismo año las tropas alemanas ocuparon los Balcanes en su totalidad y se establecieron, junto con la aliada Italia, en el norte de África.
Asalto a la Unión Soviética
La “Wehrmacht” alemana y sus aliados parecían imparables. Ello valió también para el inicio de la guerra contra la Unión Soviética, que bajo el nombre de Operación Barbarroja, comenzó el 22 de junio de 1941. Hasta el verano de 1942 las tropas alemanas avanzaron sin parar. La toma de Moscú parecía ser sólo una cuestión de tiempo. Pero la ofensiva de Japón, aliado de Alemania, contra la base militar estadounidense de Pearl Harbour, el 7 de diciembre de 1941 había transformado la situación militar por completo. Como respuesta al ataque, Estados Unidos entró en la guerra contra Alemania. En el transcurso de unos meses, todo el aparato industrial estadounidense fue reorientado hacia la fabricación de armamento de guerra.
Junto al fortalecimiento de las fuerzas aliadas, se produjeron las primeras derrotas militares alemanas. A finales de 1943 concluyó la batalla por Stalingrado con una aplastante derrota del ejército alemán bajo el general Friedrich Paulus (1890-1957). Esta derrota marcó el punto de inflexión en la Segunda Guerra Mundial, pues a partir de entonces las tropas soviéticas provenientes del este y las fuerzas armadas de los aliados occidentales por el oeste comenzaron a avanzar hacia Alemania. Hasta mediados de abril de 1945 habían llegado hasta las afueras de Berlín, reduciendo a a cenizas la ciudad. La capitulación alemana se produjo el 9 de mayo de 1945.
Consecuencias de la guerra
La Segunda Guerra Mundial afectó a unos 100 millones de personas. Se estima que unos 50 millones murieron en los campos de batalla entre África y el norte de Noruega o como víctimas de la persecución racista en los campos de exterminio nazis. Otros 50 millones sobrevivieron la guerra, pero quedaron huérfanos, sin casa, desplazados o inválidos. Después de seis años de guerra la población europea estaba traumatizada ante sus casas y ciudades reducidas a cenizas. Nadie sabía como sobreviviría hasta el día siguiente.
Poco después del fin de las hostilidades, el continente europeo fue repartido. En el este pasó a dominar la Unión Soviética; en occidente, Estados Unidos. La “línea de demarcación” corría a través de Alemania y Berlín. La Guerra Fría que rápidamente surgió los meses siguientes tuvo lugar entre los países socialistas del bloque oriental y los países libres y democráticos de occidente, a lo largo de la línea divisoria que separaba a la República Democrática Alemana (RDA) de la República Federal de Alemania (RFA). A finales de agosto de 1961, esa división se hizo visible a través de la construcción del Muro de Berlín y el alambre de púas y hormigón que corría a lo largo de Alemania, aparentemente para siempre.
Autor: Matthias von Hellfeld/ EU
Editor: Pablo Kummetz