Con bici eléctrica a coronar los Alpes
25 de mayo de 2017"¡Unos 2.000 metros de altitud y un constante cambio de subidas y bajadas, para terminar con un largo descenso!". Esa fue la descripción que Nicola Piechele hizo del recorrido en bici de montaña por las altas cumbres de la región italiana de Trentino. Para incautos aficionados, suena factible y prometedor. Pero también algo sospechoso cuando Nicola reconoció haber sido ciclista profesional, además de lucir un equipamiento que prometía enormes aspiraciones sobre las dos ruedas.
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Entre viñedos y bicicletas
Al comenzar a subir por pistas forestales, esa distancia de dos kilómetros se hace eterna. El grupo de expertos tuvo que detenerse a esperar a los rezagados en el Huevo Quemado (1.850 metros de altitud). En este momento, cualquier ciclista poco experimentado habría lanzado maldiciones a la bicicleta de no ser por la recompensa de grandiosas vistas sobre el lago di Caldaro y el valle dell'Adige, al sur de Bolzano.
La región de Trentino está situada entre los Dolomitas y el extremo norte del lago de Garda. Por la zona hay numerosas rutas y carriles aptos para cualquier tipo de ciclista. Entre aficionados a la mountainbike, la región de Garda es especialmente popular y el nuevo reto es el Tour de Non. A lo largo de 154 kilómetros, comienza en la ciudad de Cles hasta llegar a los 6.000 metros de altitud en cinco etapas de un día.
Entre las rocas de los Dolomitas y las montañas de Maddalene, la ruta circula por vías naturales. Requiere experiencia y no es apto para ciclistas que tengan miedo a cargar la bici y escalar con ella. Pero también hay tramos para principiantes que atraviesan fincas de manzanos y ruinas de castillos. En su papel de guía, Nicola no duda en resaltar el enorme potencial turístico de esta zona tan desconocida. Una extraordinaria experiencia en bicicleta que los turistas alemanes se pierden cuando deciden ir al sur del Tirol.
En vino y en bicicleta
Además, en la región hay relativamente poco tráfico y cuenta con condiciones extraordinarias para practicar ciclismo. Por eso ha sido cuna de famosos profesionales, como Francesco Moser, triunfador en el Giro de Italia de 1984. Ese mismo año, batió el récord de velocidad con 51,151 km/h. Precisamente, el mismo número que llevan las etiquetas de sus vinos. "Cuando comencé en los años setenta sólo había ciclistas de carreras por las carreteras. Ahora hay miles de personas", explica refiriéndose al entusiasmo del ciclismo. Sobre todo, ha aumentado enormemente el número de mountainbikers: "Pueden acceder a cualquier parte y subir hasta las zonas de esquí", dice.
Moser va más allá y se atreve incluso a recomendar el uso de bicis eléctricas, modelos que él mismo utiliza para ascender a los terrenos donde tiene sus vides. Pero aparte de sus vinos, Moser es también uno de los impulsores del "Tour de los Alpes". Después del Giro del Trentino, que con sus 40 años de historia es una de las carreras de ciclismo más importantes de la región, esta nueva ruta cruza a lo largo de cinco duras etapas el Tirol, Tirol del Sur y Trentino. Según Moser, un gran proyecto con mucho futuro.
Nuevos horizontes con bicis eléctricas
De vuelta a la bici de montaña, hay todavía emocionantes tramos de ruta por descubrir. Para no quedar rezagado del grupo, se puede cambiar de bici por un modelo eléctrico tipo Pedelec. Lo que al principio se ve prometedor, dejando a otros ciclistas rezagados, empieza a normalizarse más adelante: la bici eléctrica pesa mucho y no es apta para cruzar por zonas pantanosas llenas de raíces de árboles. De vuelta al asfalto, se puede acelerar entre manzanos y vides, pero de repente falla algo: el motor de la Pedelec se desconecta a los 25 km/h. Sin embargo, no todo ha sido en balde: la experiencia sirvió para descubrir en el Trentino todo un mundo de nuevos horizontes.
Autor: Arno Stroncik (JAG/DZC)