En las últimas décadas, el consumo de la carne de cerdo ha aumentado en todo el mundo. Y es que existe una insaciable demanda por comprar carne barata, cuyo precio no refleja el verdadero costo de su producción. No obstante, cada vez más consumidores se interesan por el bienestar del animal durante el proceso de producción. Un factor que, además, mejora calidad y sabor.