Conferencia de Wannsee: el guión del Holocausto
19 de enero de 2017A veces, las casualidades ayudan. En marzo de 1947, funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores deben presentarse a la corte como parte de los Juicios de Núremberg. Es entonces cuando Robert Kempner realiza un hallazgo de gran importancia. Entre las pilas de documentos del régimen nazi, uno despierta la curiosidad del juez asistente en dichos juicios. Un sello de color rojo deja leer claramente: "Documento confidencial del Reich”. Consta de 15 páginas camufladas bajo un título aparentemente inocuo: "Acta de reunión”. Se trata de una prueba de la ejecución sistemática de judíos por parte de los nazis. En ella consta lo sucedido durante la llamada Conferencia de Wannsee, el 20 de enero de 1942. Es la única acta que pudo ser recuperada de las 30 que se elaboraron durante el encuentro.
Jóvenes, educados, ambiciosos
A la hora del almuerzo, 15 hombres responden a la invitación de Reinhard Heydrich, jefe de la temida Oficina Central para la Seguridad del Reich (Reichssicherheitshauptamtes), para asistir a una mansión en el glamoroso barrio de Wannsee, en las afueras de Berlín. Afuera, la temperatura es de -12 grados centígrados, y lo que se discutió en las cerca de dos horas que duró el encuentro, todavía hoy hiela la sangre a quien lo lee. Asistieron oficiales de las SS, secretarios de Estado y funcionarios de alto nivel dentro de la administración nacionalsocialista. Sus nombres no son los más conocidos, pero casi todos son jóvenes y altamente educados. La mitad de los asistentes tenía el título de doctorado. Sobre todo, son muy ambiciosos.
Para los menos versados en historia, la Conferencia de Wannsee fue donde se decidió el Holocausto. Pero esto es doblemente falso. En primer lugar, en el encuentro no se tomó ninguna decisión. Solo se "informó”. En segunda instancia, el asesinato masivo de judíos ya había comenzado. Heydrich convocó a representantes de todas las instituciones correspondientes; por ejemplo, de los ministerios de Asuntos Exteriores y de Tráfico. Se trataba de coordinar las deportaciones y ejecuciones programadas, y además, de poner todas esas áreas bajo la jurisdicción de Heydrich. Esto queda comprobado desde la primera frase del acta: "Nombramiento del Encargado para la preparación de la Solución final de la cuestión judía europea”. Era un salto en la carrera de Heydrich.
Ya había medio millón de muertos
Así, el 20 de enero de 1942 no marcó el comienzo del exterminio organizado de judíos, como muchos lo suponen. La llamada "Solución final de la cuestión judía” había cobrado ya cientos de miles de víctimas, sobe todo en las áreas de la Unión Soviética, ocupadas desde el verano de 1941 por tropas alemanas. Medio millón de judíos, entre ellos muchas mujeres y niños, habían muerto ya antes de la Conferencia de Wannsee, la mayoría a manos de comandos de fusilamiento.
Hacía mucho tiempo que se habían lanzado advertencias sobre las intenciones genocidas de los nazis. El propio Hitler había hablado de ellas desde el 30 de enero de 1939, cuando profetizó el exterminio del "judaísmo internacional” en caso de una guerra. A solo unos meses de que comenzara la guerra contra la Unión Soviética ("Operación Barbarossa”), el 21 de junio de 1941, vastas extensiones del enorme imperio fueron ocupadas y millones de judíos no alemanes quedaron en poder de la Alemania nazi.
Michael Wildt, historiador y experto en temas relacionados con el Holocausto, dice que la conferencia fue un parteaguas en la política de acoso hacia los judíos. A esas alturas ya no era posible deportar y obligar a emigrar a más de 11 millones de judíos. "A fin de deshacerse de los judíos, los planes correspondientes se tornaron cada vez más enormes y monstruosos”, señala el especialista.
Eichmann, el testigo clave
El acta de 15 páginas no explcia en concreto cómo se planeaba eliminar a los judíos. La alusión a las "evacuaciones hacia el este” deja lugar a confusiones y, sin embargo, sugiere a qué se refiere en realidad: al exterminio. Adolf Eichmann, uno de los colaboradores más cercanos de Heydrich y participante en la Conferencia de Wannsee, lo admitió años después. Luego de su espectacular captura en Argentina a cargo de los servicios secretos de Israel, describió en 1961, durante el juicio en su contra, en Jerusalén, de qué se habló durante el encuentro cerca de Berlín: "Se acordó cuáles serían los distintos métodos de asesinato.”
La única acta de la conferencia emplea términos vagos, por ejemplo, el del "tratamiento correspondiente”. Sin embargo, es un documento único porque describe con claridad cuáles eran las intenciones de los nazis hacia los judíos. Pese a ello, y con ironía macabra, dirigentes nazis como el mariscal del Reich Hermann Göring, o Alfred Rosenberg, ideólogo del nazismo y ministro para los territorios ocupados del este, afirmaron luego de 1945 que no sabían nada al respecto.
Reinhard Heydrich, que murió a raíz de un atentado pocos meses después de la conferencia, seguía otro plan, además del exterminio directo de los judíos europeos. Si se completaba la ocupación de la Unión Soviética, la dirigencia nazi planeaba emplear a judíos para reparar las calles en los países invadidos. "A través de lo cual, la mayor parte de ellos causará baja por causas naturales”, se lee al margen del acta. Las "existencias restantes”, dice el documento, deberán recibir el "tratamiento correspondiente”.