Conferencia Económica Germano-Iraquí: "futuro incierto"
20 de julio de 2005
Irak "es un gran país", resaltó Usama Abd el-Asis el Nadshafi, el ministro de Industrias en la conferencia, que tiene lugar los días 19 y 20 de julio. Agregó que en los informes sobre la situación de seguridad en su país "se exagera mucho".
También dijo que detrás de ello "se hallan intereses de mantener a los inversionistas alemanes alejados de Irak". A continuación llamó a los 250 representantes de empresas alemanas presentes a que corrigieran la mala imagen que se tiene sobre la seguridad en Irak.
También el ministro de Comercio, Usama Abd el-Basit Karim Maulud, afirmó: "claro que hay atentados, pero la situación de seguridad no es tan crítica como se muestra en la televisión" y llamó también a las empresas alemanas a "no rehusar cooperar con Irak".
Ambos llamados se disiparon en la sala en medio de un significativo silencio. Empresarios dijeron más tarde que, dados los continuos atentados, es prácticamente imposible mantener personal alemán en Irak, lo que limita enormemente la posibilidad de llevar adelante proyectos.
Efectivamente, todas las empresas alemanas que han aceptado encargos en el país llevan adelante los trabajos con personal local, lo cual es una solución muy poco satisfactoria, ya que falta el nexo con el know-how en Alemania.
Un círculo vicioso
El empresario iraquí Adel Saidely, que reside en Múnich, dijo por su parte que se trata de "un círculo vicioso". En lugar de ser invertidos en los necesarios proyectos de reconstrucción "el 50% de los fondos deben ser destinados a la seguridad".
Por si fuera poco, muchos donantes no cumplen con las promesas que realizaron. Teóricamente, Irak debería disponer de decenas de millones de dólares de los países donantes. Pero efectivamente, a los ministerios les falta el dinero para pagar incluso los encargos más urgentes.
"Los únicos medios de que disponemos son nuestros propios ingresos derivados de las exportaciones de petróleo", dijo Abdul Latif Rashid, el ministro iraquí del Agua. El año pasado, esos ingresos ascendieron a unos 18.000 millones de dólares, pero la mitad se gastó en subvenciones a los alimentos básicos. Mucho más dinero no hay, a pesar de que en diversas conferencias se prometieron a Irak unos 37.000 millones de dólares.
No mucho más que promesas
En la mayoría de los casos no ha pasado de promesas. Hasta ahora se han concedido en firme entre 2000 y 4000 millones de dólares, de los que se han transformado en proyectos sólo 1000 millones. Las organizaciones internacionales encargadas de canalizar los fondos argumentan con el continuado terror y la falta de seguridad.
"Pero a menudo ni siquiera dan razones", dice Rashid al margen de la Conferencia. De esa forma no pueden realizarse proyectos urgentemente necesarios, tales como la construcción de una represa en el norte de Irak, destinada a asegurar el abastecimiento de agua, proteger de inundaciones y generar corriente eléctrica, a un costo de unos 2000 millones de dólares. "Sólo podré licitarlo en cuanto tenga efectivamente el dinero", dice Rashid, ministro del Agua desde hace casi dos años.
"Gran parte de los fondos se va en burocracia"
Ayudar podría EEUU, cuyo congreso aprobó 18.400 millones de dólares de ayuda a Irak. Si bien los EEUU se guían por los deseos iraquíes, dice Rashid, operan en forma completamente autónoma en lo que se refiere a la estructura y concesión de los proyectos. Regularmente, una gran parte de los fondos se gasta en burocracia, seguros y seguridad. "Si me llega un tercio, ya me alegro", agrega Rashid.
Ello, a pesar de que una gran parte de la infraestructura de Irak continúa destruida. De las vías férreas se encuentran en condiciones de ser usados apenas 100 kilómetros. En atentados, que a menudo no se mencionan en los medios de comunicación, son destruidas vías férreas casi todos los días.
No obstante, optimismo no falta. El presidente de la Cámara de Industria y Comercio de Múnich, Erich Greipl, dice: "Si Irak se estabiliza políticamente, Alemania puede transformarse nuevamente en un importante socio comercial. Ya a comienzos de los años 80, el comercio bilateral ascendía a casi 4000 millones de euros por año".
Debido al embargo, el comercio se redujo prácticamente a cero en los años 90. Ahora, las exportaciones alemanas vuelven a aumentar, según Greipl. El año pasado casi se duplicaron con respecto a 2003, ascendiendo a 330 millones de dólares. Pero el futuro continúa siendo incierto.