Conquistando al inmigrante
6 de febrero de 2009El técnico de la selección alemana, Joachim Löw, convocó al joven talento de origen turco Mesut Özil para el partido amistoso de la próxima semana contra Noruega. Así se escribe un nuevo capitulo en la crónica de la conquista de los inmigrantes para el fútbol alemán.
Özil, en las filas del club Werder Bremen en la Bundesliga, nació hace 20 años en Gelsenkirchen en el seno de una familia turca y desde sus inicios en el fútbol ha integrado la selección alemana en distintas categorías -actualmente es parte del equipo sub 21 que disputará en junio, en Suecia, la Eurocopa- pese a los constantes llamados de la Federación de Fútbol de Turquía.
Según el reglamento internacional, futbolistas que poseen la doble nacionalidad tienen hasta los 21 años para elegir el país que en el futuro representarán, pero una vez que formen con la selección de mayores ya no podrán cambiar la camiseta nacional.
El volante turco cumplirá en octubre de este año los 21 años, por ello es tan importante "amarrarlo" antes de que se alcance ese límite de edad, con una participación en un juego con el seleccionado.
Batallas perdidas y ganadas
El caso de Mesut Özil es apenas el más reciente de una serie de batallas en las que se ha visto envuelta Alemania -país donde viven casi siete millones de extranjeros y que posee 15 millones de ciudadanos con una historia migratoria- en torno a jóvenes futbolistas hijos de inmigrantes formados deportivamente en su territorio.
La carrera por hacerse a los servicios de esas promesas se presenta con mayor frecuencia contra Turquía, un resultado lógico pues con casi dos millones de personas ese es mayor contingente de inmigrantes en Alemania.
Ganancias turcas
Lo curioso es que la Federación Alemana de Fútbol (Özil, que ya
aceptó ir a la selección de mayores, es una de las pocas excepciones) ha sido derrotada por su similar turca en repetidas ocasiones.
Yildiray Bastürck, y los gemelos Hamit y Halil Altintop son los más
prominentes ejemplos de jugadores nacidos en Alemania que optaron por defender los colores de la patria de sus padres integrando la selección de Turquía.
Otros casos son el de Nuri Sahin, volante del Dortmund, quien en
octubre del 2005, a los 17 años, debutó con el seleccionado turco de mayores marcando un gol contra el equipo nacional de su país de nacimiento, Alemania; o el del defensor oriundo de Berlín, Hakan Balta.
Alemania, sin embargo, ha logrado importantes triunfos en materia de retener a talentosos futbolistas hijos de inmigrantes sobre España (Gonzalo Castro y Mario Gómez), Polonia (Lukas Podolski, Miroslav Klose y Piotr Trochowski), Serbia (Marko Marin), y la misma Turquia (Serdar Tasci), quienes ahora forman en la selección de mayores.
No sólo un caso deportivo
Que la conquista de los inmigrantes para la causa alemana no es sólo un asunto deportivo, sino también de Estado, lo demostró la Federación Alemana de Fútbol (DFB), al publicar oficialmente un boletín en el que reconocidos políticos de distintos partidos saludaron con entusiasmo la convocatoria de Mesut Özil a la selección nacional.
"Esta es una señal importante para la integración de los inmigrantes en Alemania, Özil es un símbolo de éxito para todos ellos" dijo Maria Böhmer, delegada del gobierno federal para asuntos migratorios.
"Özil es un ejemplo para todos los alemanes con raíces extranjeras, el entrenador Joachim Löw muestra que el origen no es una barrera para representar a Alemania", expresaron Claudia Roth y Cem Özdemir, dirigentes del Partido Los Verdes.
El propio jugador, por su parte, se limitó a decir: "Estoy contento por la convocatoria y daré lo mejor de mi. La decisión de jugar para Alemania no fue fácil pues mi familia y muchos de mis amigos son de Turquía, quiero resaltar que esto no lo hago en contra de mis raíces turcas sino en reconocimiento al hecho de que mi familia ya va por la tercera generación alemana".