Consecuencia tardía tras escándalo por imágenes antisemitas
18 de julio de 2022La dimisión -no del todo voluntaria- de Sabine Schormann como directora general de Documenta, la prestigiosa exposición de arte contemporáneo de Kassel (Alemania) se veía venir. Tuvo que pasar mucho tiempo para ver las consecuencias del escándalo en torno a una obra de arte con imágenes antisemitas. Todo este tiempo se hablaba, se prometía y se discutía sobre ello, sin que pasara nada.
El enorme mural "People's Justice" ("Justicia Popular") del colectivo de artistas Taring Padi que se expuso al comienzo de la Documenta, a mediados de junio, mostraba a un soldado con cabeza de cerdo, una estrella de David en un pañuelo que llevaba colgado en el cuello y la inscripción "Mossad" en su casco. También se retrataba a un hombre con pelo rizado, un sombrero con la inscripción de las SS nazis, con ojos lagrimeando sangre y dientes largos. Difícilmente se podía denigrar más al pueblo judío. La imagen fue tapada y finalmente retirada, pero nada más.
Obras de arte sin control
Una mesa redonda pública al respecto en Kassel no fue de gran ayuda. La prometida revisión de las obras restantes de la Documenta por parte de una comisión de expertos aún no se ha realizado. Meron Mendel, director de la institución educativa Ana Frank, que iba a participar en esta, renunció molesto a su puesto de asesor. Por su parte, la artista Hito Steyerl paralizó también una obra cinematográfica en señal de protesta.
Recién hace unos días -con bastante retraso- Sabine Schormann se pronunció al respecto, con una explicación que dejó dudas. No explicó cómo se pudo poner el polémico mural de Taring Padi y tampoco respondió a la pregunta: ¿quién es el responsable de esto? Quizá porque la respuesta era: Sabine Schormann, directora general de la Documenta. ¿O Schormann era tan ingenua como para creer que la tormenta ya iba a pasar?
Una vez más queda claro: quien no se mueva rápido será removido. Pero otros tampoco han salido bien parados en este escándalo; en primer lugar el consejo de supervisión de la exposición, encabezado por el alcalde Christian Geselle y su suplente, la secretaria de arte de Hesse Angela Dorn. Si bien ambos condenaron rápidamente todo tipo de antisemitismo, no actuaron hasta hoy, cuatro semanas después de que comenzara la muestra mundial de arte y se hiciera visible el escándalo.
Más responsabilidades
La renuncia de Schormann llega demasiado tarde. La simple respuesta de que la presentación del mural con imágenes antisemitas fue, como argumentan, una "transgresión de los límites" y causó un "daño considerable" a la Documenta suena obsoleta. Muchas voces ya habían lamentado el desastre que supuso la exposición. Sobre si Geselle y Dorn podrán evitar ahora que el escándalo los salpique, todavía está por verse.
La ministra alemana de Cultura, Claudia Roth, cuya fundación cultural en Berlín es uno de los principales donantes de la Documenta, también se encuentra en el ojo de la tormenta. Hace tan solo unos días se manifestó sobre el caso y se distanció tajantemente de la dirección de la Documenta. Roth debería haber usado su influencia mucho antes para ponerle fin al escándalo antisemita.
¿Y qué pasará ahora con la Documenta? A la exposición le quedan todavía dos meses. Un director general interino asumirá las funciones de Schormann. Sea quien sea el que ocupe el puesto, deberá despejar rápidamente todas las responsabilidades curatoriales y organizativas, librar al arte de las sospechas de antisemitismo y recuperar la confianza perdida. Sería genial que el arte volviera a hablar por sí mismo en la Documenta de Kassel.
(ct/ers)