¿Por qué el personal sanitario es reacio a vacunarse?
7 de enero de 2021El Hospital Bethel de Berlín, en el tranquilo sur de la capital, es muy pequeño y alejado del ajetreo de las grandes clínicas. Pero, por supuesto, que el coronavirus también ha llegado aquí. Una sala vacía se ha convertido en un puesto de vacunación. Lo que falta hasta ahora es la vacuna, como en muchos otros lugares de Alemania. Esto es un poco frustrante, dice el médico en jefe, encargado de la pandemia, Hans Weigeldt. Tras largos meses de duro trabajo, la vacuna sería un aliviar para los trabajadores de la salud.
Sebastian Schmidt, enfermero de cuidados intensivos, quiere ser vacunado contra el coronavirus tan pronto como pueda. "Todos los días veo la muerte en los ojos de los pacientes con COVID-19, y definitivamente quiero hacerme vacunar contra el virus", le dice a DW. "No sólo para protegerme a mí mismo, sino también a mis seres queridos. Yo tengo que tener especial atención, y creo que tengo el deber de cuidar al público también".
"¡No me quiero poner al frente de la fila!"
Esta -podría intuirse- es la actitud general de los médicos y enfermeras a la tan esperada vacuna. De hecho, la realidad tiene más matices. Vivien Kochmann, enfermera del Hospital Bethel de Berlín, es un buen ejemplo. Durante meses, ha observado meticulosamente las reglas de distancia, usando mascarilla y lavándose las manos. Como madre de un niño pequeño, ha reducido drásticamente sus contactos.
Pero cuando se trata de vacunas, dice, no me voy a poner al frente de la cola, prefiere esperar: "Todavía le tengo un poco de miedo”, reconoce. Pero Vivien Kochmann está lejos de ser una antivacunas. En general, dice, está vacunada contra muchas enfermedades, pero prefiere esperar a convencerse más de la seguridad de la vacuna. Y, sobre todo, espera más información sobre los posibles riesgos.
Encuesta: "Vacuna es importante, pero somos escépticos"
Según los expertos, este escepticismo es extraño entre el personal médico de Alemania. Una encuesta llevada a cabo por la "Sociedad Alemana de Medicina Interna Intensiva y de Emergencia" (DGIIN) y la "Asociación Interdisciplinaria Alemana de Medicina Intensiva y de Emergencia" (Divi) ya en diciembre del año pasado mostró que sólo el 73% de los médicos e incluso poco menos del 50% del personal de enfermería en Alemania quería recibir la vacuna. Aunque una clara mayoría de los encuestados dijo que la vacuna era importante para contener la pandemia.
Sin embargo, la Asociación Federal de Proveedores Privados de Servicios Sociales (BPA) presenta un panorama bastante confuso. El presidente de la organización, Bernd Meurer, dijo: "Tenemos hospitales y asilos en los que casi el cien por cien de los empleados ya se hicieron vacunar. Y hay otros en los que hasta dos tercios del personal ha recibido la vacuna." El Ministro Federal de Salud, Jens Spahn, dijo algo similar a mediados de esta semana.
Informó de que hay hogares de ancianos con una tasa de vacunación del 80% entre su personal. En otros hogares, sin embargo, la tasa es sólo del 20 por ciento.
Epidemiólogo sospecha: "Médicos confían en ropa de protección"
Las razones de este escepticismo sobre la vacunación son objeto de un acalorado debate en Alemania. El parlamentario socialdemócrata Karl Lauterbach, él mismo epidemiólogo, sospecha que muchos médicos y enfermeras creen que no pertenecen al grupo de alto riesgo y que están bien protegidos con vestuario especial.
En cambio, un estudio de diciembre identificó más bien el temor a posibles efectos tardíos o secundarios como una razón para la reticencia a vacunarse. De hecho, los empleados de otras clínicas de Berlín dijeron a DW que algunas mujeres estaban preocupadas por los eventuales riesgos, en caso de un embarazo posterior. El presidente de la BPA, Bernd Meurer, menciona otro aspecto: incluso después de una vacunación, las enfermeras tendrían que seguir usando una mascarilla, por lo que la vacunación no supondría actualmente ningún alivio. Y todavía no está claro si uno podría infectar a otros, a pesar de una vacuna.
Muchos médicos y enfermeras ya son inmunes
Sven Nelken*, enfermero de un hospital de Brandenburgo, ya recibió la primera dosis de la vacuna de BioNTech, le cuenta a DW y precisa: "Esto no previene la infección con el coronavirus. Sólo previene el brote el desarrollo de COVID-19. Me imagino que otros prefieren esperar a que haya más vacunas".
Pero en su entorno de trabajo, revela Nelken, todos sus colegas se vacunarían. Después de todo, "Hemos visto demasiadas veces en los últimos meses los daños que el virus puede hacer". Y hay algo más que Nelken señala: muchos médicos y enfermeras ya se han infectado durante estos meses de pandemia, se han recuperado y han formado anticuerpos. Y por lo tanto no necesitan la vacuna por el momento.
*Nombre cambiado por la redacción, a petición de la persona.
(jov/few)