Costa de Marfil: Ouattara llama a la reconciliación nacional
12 de abril de 2011Mientras los aliados del otrora hombre fuerte de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, procuran atraer la atención del mundo, describiendo la intervención militar francesa como una intrusión ilegítima en los asuntos internos del país, Alassane Ouattara –reconocido internacionalmente como el gobernante oficial de la nación africana– intenta poner fin a la añeja polarización política y al conflicto armado que se intensificó cuando Gbagbo se negó a reconocer su derrota en las elecciones presidenciales de noviembre. Está por verse si lo consigue; muchos analistas dudan que la discordia que quedó tras la guerra civil de los años 2002 y 2003 se disipe a corto plazo.
El gran reto de Ouattara
Ouattara sabe que tiene un gran desafío en sus manos: él ha hecho un llamado a la reconciliación nacional y anunciado que una comisión imparcial investigará los actos de violencia y las masacres perpetradas por las facciones enfrentadas en los últimos cuatro meses, pero sabe que los numerosos partidarios de Gbagbo –el 46 por ciento de los marfileños en edad de votar lo apoyó en las urnas– lo observan con suspicacia; tanto a él como a quienes lo respaldan desde el extranjero. Y la desconfianza ha crecido desde el lunes (11.4.2011) por las circunstancias poco transparentes en que se dio el arresto de Gbagbo.
Este martes (12.4.2011), Alain Toussaint, un vocero de Gbagbo, acusó a las fuerzas especiales francesas de haber propiciado un golpe de Estado en Costa de Marfil. Toussaint sostiene que Gbagbo fue capturado y llevado al hotel Golf, en donde Ouattara tiene su cuartel general. Pero Francia negó que hubieran sido sus tropas de élite las que arrestaron a Gbagbo en su bunker de Abiyán el 11 de abril y el jefe de los cascos azules, Alain Le Roy, enfatizó que el ex presidente fue “detenido por las fuerzas de Ouattara”, aludiendo a las Fuerzas Republicanas de Costa de Marfil, creadas por Ouattara en medio de la crisis.
París concederá auxilio financiero extraordinario
Aparte de celebrar la detención de Gbagbo, la Unión Europea no ha mostrado mayores reacciones de cara a la crisis marfileña; de los conflictos africanos en los que Francia interviene activamente, el de Libia acapara la atención de Bruselas. Lo cuál no quiere decir que el destino del nuevo Gobierno de Ouattara le resulte del todo indiferente. La ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde, señaló que París concederá a Costa de Marfil un auxilio financiero extraordinario de 400 millones de euros en los próximos días para atender las necesidades más urgentes de la población y, “en segundo lugar”, darle impulso a las actividades económicas que le permitan al país africano cumplir sus responsabilidades con las instituciones internacionales.
Y es que, además de las más de 1.000 personas que han perdido la vida y el millón de habitantes que han sido desplazados de sus hogares en el marco del conflicto interno marfileño, también la paralización de la industria local –Costa de Marfil es el mayor productor de cacao en el globo– y el eurobono que el país ha dejado de pagar generan preocupación más allá de sus fronteras. Las pérdidas registradas no parecen haber afectado demasiado los precios del cacao en Londres, pero las agencias apuntan a que el eurobono ha mostrado una tendencia a la baja.
Autor: Evan Romero-Castillo / dpa / afp / Reuters
Editora: Emilia Rojas Sasse