COVID-19: “Un refuerzo para ómicron no protegería mejor”
9 de febrero de 2022DW: Doctor Drexler, en plena ola de contagios, Chile inició la vacunación masiva de la cuarta dosis contra el COVID-19, solo en mayores de 55 años. ¿Se deberían ir preparando también otros países de América Latina para ello?
Felix Drexler: Sigue sin convencerme una cuarta dosis masiva. Por el momento todavía hay escasez de datos. Solo existen los de Israel, que dicen que en el caso de personas con enfermedades previas podría ser beneficioso. Eso es fácil de entender y apoyar. Pero prefiero ser cauteloso en recomendar ahora un segundo refuerzo para todos. No creo que en este momento sea necesario, ni en América Latina ni en Europa. Será distinto cuando hablemos del tema en el próximo otoño, cuando quizá pueda significar una ventaja para todos. Pero ahora no porque, además, todavía no hay una amplia cobertura de vacunación en todos los países de América Latina.
Al respecto. la Organización Panamericana de la Salud (OPS) celebró que alrededor del 65 por ciento de la población de la región ya esté vacunada, pero advirtió que debido a la desigualdad, una de cada cuatro personas aún no han recibido ni una sola dosis. ¿Qué hace falta, además de COVAX, para cambiar esta situación?
Insistir en trabajar juntos y una producción local de vacunas, como ya se discutió antes. Sin embargo, lo bueno es que estamos mucho mejor que hace un año porque, por ejemplo, ya hay más producción local de Pfizer/BioNTech en Brasil o AstraZeneca en Argentina. Pero es fundamental reforzar esa capacidad en la región. La región no puede depender de importaciones y esfuerzos desesperados para obtener vacunas que acaban siendo temas geopolíticos. Es fundamental acabar con estas desigualdades en la región. También espero que los países ricos hayan aprendido la lección después de la expansión de variantes que terminan complicando a todo el mundo.
El instituto Walter Reed del Ejército de EE. UU. anunció que está probando una "supervacuna”, la SpNF, que podría proteger contra todas las variantes sin necesidad de refuerzos. ¿Qué tanta confianza tienen los científicos en esta vacuna y el instituto que la produce?
Es un instituto reconocido y ojalá la vacuna funcione. El principio de esta vacuna es que combina la proteína S (espícula) de distintas variantes del coronavirus en una sola vacuna. La idea no es totalmente nueva. No soy escéptico, pero tampoco puedo afirmar nada, porque es un tema complejo y requiere, como siempre, datos clínicos. El mejor ejemplo reciente de que es complejo se puede ver en un análisis en monos vacunados con un refuerzo para ómicron de Moderna. Los datos indican claramente que los monos no se beneficiaron con un refuerzo contra ómicron. Es decir, un refuerzo hecho especialmente para ómicron parece no proteger mejor que un refuerzo normal.
Algo que nos ha generado muchas interrogantes, como por ejemplo si será beneficiosa para las personas. Son datos inesperados y tiene probablemente que ver con la inmunidad ya generada por las vacunas anteriores. También hay datos nuevos que indican que personas infectadas con ómicron tienen, al parecer, baja inmunidad contra otras variantes. Esto puede significar que cuando la variante delta vuelva, porque puede volver, se cuestione de cierto modo el camino a la endemicidad. Sin embargo, estos datos son todavía preliminares.
Si la técnica de la "supervacuna” es modificable frente a nuevas variantes y no es nueva, ¿por qué no se trabajó en ella desde el comienzo de la pandemia?
Es un poco más complejo modificar la producción de una proteína. Es posible, pero tarda un poco más que la técnica de ARN mensajero, que es más fácil de modificar. La técnica de la vacuna SpNF es un poco menos flexible porque hay que producir lo suficiente de esta proteína que no existía antes. En general, creo que hay espacio para todas las vacunas. Hasta ahora no se puede catalogar a una como "la mejor”. Es bueno tener un portafolio grande de vacunas de distintas tecnologías para distintas situaciones.
Por otro lado, Dinamarca ha sido el primer país que decretó el fin de la pandemia y eliminó todas las restricciones. Y países vecinos están siguiendo su ejemplo. ¿Cuándo se podría pensar esto para América Latina?
Cuando se sepa que las personas estarán protegidas contra casos severos de COVID-19. Hay que esperar que en América Latina haya tan pocos casos severos que no compliquen a los sistemas de salud. Los países ricos europeos han podido hacer esto porque tienen una gran cobertura de vacunación. Además, las infecciones por ómicron han dejado una inmunidad bastante robusta en la población.
Pero en países como los de América Latina, con la mitad de la población vacunada con la pauta completa, no aplica lo mismo. Habría que analizar la situación de cada país y considerar cuántas personas se han infectado, cuántas personas han sido vacunadas y con qué vacunas. Solo después de esto podemos hacer comparaciones con países como Dinamarca.
Países de la región como Chile o Cuba también tienen, como Dinamarca, más del 80 por ciento de la población vacunada…
Sí, pero han usado vacunas que, tal vez, protegen menos contra ómicron. Hay datos, por ejemplo, sobre las vacunas de virus inactivados, como CoronaVac que se ha usado mayormente en Chile, que dicen que protegen menos contra ómicron. Por eso, hay que ver hasta qué punto estas personas están lo suficientemente protegidas para tener pocos casos severos. En todo caso, primero vería cómo está la tasa de hospitalizaciones y muertes en países como Chile, y si todo indica que están bien protegidos se pueden considerar retirar algunas de las restricciones.
En España, por lo pronto, las mascarillas dejarán de ser obligatorias al aire libre. ¿Esto sí se podría replicar desde ya en gran parte de América Latina, donde se usa mascarilla en todos lados y se desinfecta todo con alcohol?
Aquí también se debería analizar la situación de país a país. Pero hay que tener cuidado: ¿están bajando los casos en la región porque la ola de ómicron ya acabó? Puede ser que sí, pero puede ser que haya países donde no se puede hacer más pruebas anticovid. Otras personas no se hacen la prueba para evitar las cuarentenas obligatorias. Frente a eso, las mascarillas siguen ayudando. Desinfectar todo con alcohol me parece menos necesario. La transmisión del coronavirus ocurre principalmente por vía aérea, no por contacto. Rociar alcohol en plantillas de zapatos o las cámaras para desinfectar a personas me parece un poco exagerado.
(ers)