Crece número de empresas latinoamericanas asentadas en Hamburgo

De que el comercio entre la ciudad hanseática de Hamburgo y los principales puertos de América Latina tiene una tradición centenaria no cabe duda. Pero cuando el diario germano Die Welt publicó un titular que rezaba Sudamérica vuelve a ponerse de moda a finales de julio, celebrando que tres grandes empresas de la región hubieran abierto filiales en la urbe alemana, la frase sonó un tanto confusa y exagerada. ¿Por qué se hablaba de Sudamérica cuando también se aludía al auge de México? ¿Qué queda del presunto boom continental a pocos meses de que la South Food Plus de Chile, la Heinemann & Passanante de Uruguay e Intra Europa de México hayan lanzado el ancla en el río Elba? ¿No se está vitoreando el apogeo de viejos conocidos?

¿Boom latinoamericano o apogeo de unos pocos?

“Esas preguntas tienen fundamento”, dice Karsten Bechle, investigador especializado en interregionalismo del Instituto de Estudios Latinoamericanos del GIGA, en Hamburgo. “Ha habido un gran interés por Brasil, Chile y México; en el caso del último, particularmente desde que suscribió el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Pero está claro que Alemania y la Unión Europea (UE) perciben a los países latinoamericanos de manera muy diferenciada”, acota Bechle.

“América Latina ha sido dividida virtualmente en subregiones y cada subregión despierta un grado de interés distinto, proporcional a su potencial económico. Desde el punto de vista europeo, los países centroamericanos y los andinos no lucen tan prometedores como los Estados del Cono Sur, Brasil, Chile o Argentina. Al mismo tiempo, la VI Cumbre Unión Europea-Latinoamérica y Caribe (UE-LAC) demostró en mayo que existe la voluntad de consolidar ciertos nexos y ya se han suscrito acuerdos de libre comercio con países de América Central y de la región andina”, comenta el investigador del GIGA.

Una cuestión de perspectivas

“Hay que poner las cosas en perspectiva: hay países puntuales de Latinoamérica que despiertan el interés del Viejo Mundo, pero el subcontinente como tal no ocupa una alta posición en la lista de prioridades de Alemania o la UE. Por otro lado, si bien es verdad que América Latina nunca gozó de una gran jerarquía a los ojos de Europa, también es cierto que el subcontinente fue aún menos importante durante el proceso de expansión de la UE hacia Europa del Este, un proyecto cuya etapa más importante ya fue completada”, apunta Bechle.

Stefan Matz, director del departamento de nuevos asentamientos empresariales en la Corporación Hamburguesa para el Fomento de la Economía, una sociedad de responsabilidad limitada conocida por sus siglas en alemán, HWF, disiente de Bechle: “Nosotros sí creemos que Sudamérica en general se está poniendo de moda, sobre todo en Hamburgo. En esta ciudad hay una gran actividad y eso se refleja en el número creciente de empresas sudamericanas que asientan sus sucursales aquí”, asegura.

Aprovechando el ímpetu de Brasil

De hecho, a juicio del representante de la HWF, las relaciones comerciales entre Alemania y Sudamérica no han estado tan dormidas como se cree; Matz sostiene que en los últimos tres lustros el protagonismo económico de China e India les robó los reflectores, pero, en compensación, el ascenso de Brasil en el ámbito financiero y en el de la política internacional ha vuelto a atraer la atención de Europa hacia la región: “De una u otra forma, los otros países de Sudamérica han sacado provecho al ímpetu demostrado por Brasil”.

Regresando al artículo de Die Welt… ¿será que la tendencia al establecimiento de empresas latinoamericanas en Hamburgo sí constituye una buena razón para ser optimistas a ambos lados del océano? ¿Cuántas firmas latinoamericanas tienen actualmente su sede en Hamburgo? “Para ser francos, en esa materia las cifras no son fiables porque las empresas se asientan en Hamburgo sin que lo sepamos; después de todo, ellas no están obligadas a ponerse en contacto con nosotros”, admite Matz.

Razones para ser optimistas

“Pero, sólo como referencia, entre cinco y diez compañías sudamericanas nos comunicaron la apertura de sus sucursales en Hamburgo este año, y esa es una cifra realista”, añade el experto de la HWF, una instancia que ha asesorado en ese proceso a varias de empresas en los últimos años. En términos de densidad, explica Matz, la comunidad empresarial latinoamericana es más pequeña que la de Asia Oriental, la de Estados Unidos y la de Rusia, pero el peso del empresariado latinoamericano en Hamburgo es muy similar al proveniente de Europa Oriental, un competidor nada desestimable.

“Lo interesante es que a través de nuestro sólido clúster industrial hemos logrado propiciar una concentración de organizaciones en el sector de los medios, de la logística y de las energías renovables, y notado que las empresas sudamericanas pueden integrarse a estas estructuras para encontrar clientes y asesores”, apunta el gerente de la HWF. Lo único que parece faltarle a Hamburgo para estimular aún más sus añejas relaciones con América Latina es convertirse en sede de la Fundación Eurolac.

La fe puesta en Hamburgo

La creación de la Fundación Eurolac se decidió en mayo de 2010 durante la sexta UE-LAC con miras a reforzar las relaciones entre ambas regiones y aumentar su visibilidad. “Si Hamburgo se convierte en sede de un organismo internacional como ese, el comercio entre Sudamérica y la ciudad hanseática volverá a atraer la atención de los medios que reportan sobre el acontecer comercial en Alemania”, enfatiza Matz. Hamburgo compite con Milán y París, las otras dos urbes que presentaron sus candidaturas para erigirse en sedes de la fundación.

Autor: Evan Romero-Castillo
Editora: Claudia Herrera Pahl