''Crecimiento verde'', ¿solución contra la crisis?
3 de mayo de 2013Los lineamientos políticos están claros: más energías renovables, más eficiencia energética, menos emisiones de CO2, más tecnologías limpias. Desde hace años, los jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea han colocado a la lucha contra el cambio climático muy arriba en su lista de prioridades. Visto de manera general, se trata de un proyecto monumental que requiere enormes inversiones y que, al mismo tiempo, posee un potencial de crecimiento igualmente grande.
Sin embargo, la esperada “revolución verde” no acaba de madurar, en parte porque Europa se encuentra sumida en una crisis en muchos niveles distintos, dice Jörg Zeuner, economista en jefe del banco estatal alemán de desarrollo KfW. “Tenemos un déficit de demanda. Hay demasiados recortes en Europa. Tenemos problemas porque el sector financiero sufre un cambio radical; además, hay inseguridad en la planeación porque los sistemas fiscales y regulatorios de muchos países se encuentran en proceso de transformación”.
¿Pierde Europa el rumbo?
Todas las anteriores son condiciones negativas para la gran inversión. Al mismo tiempo, las tecnologías para una mejor protección al medio ambiente están disponibles ya en buena parte, y solamente esperan ser implementadas, agrega Kersten-Karl Barth, director de sustentabilidad en el consorcio Siemens.
“Las tecnologías que necesitamos para alcanzar en el año 2030 las metas de ahorro de emisiones tóxicas están a nuestro alcance en un 70 por ciento”, señala el experto. Pero de todos modos hacen falta más inversiones masivas y más investigación, a fin de mantener la competitividad. “La llamada ‘economía verde' es una carrera abierta y tenemos que estar entre los ganadores. De otro modo tendremos problemas”, dice Barth.
Siemens incrementó grandemente su ''portafolio verde'' a partir de 2008. Los rubros de energías renovables, eficiencia energética y tecnologías del medio ambiente ocupan ya un 42 por ciento de la oferta general del consorcio.
Pero hace falta más inversión, sobre todo en Europa, indica Barth. Una sola mirada al mercado de capitales demuestra que los inversionistas privados otorgan muchas posibilidades de éxito a modelos de negocio prometedores en tales sectores. “El dinero está ahí; sólo espera a ser invertido”, afirma.
Seguridad en la planeación
Un gran obstáculo para la seguridad en dichas inversiones radica en la disyuntiva de qué hacer con esos fondos a largo plazo. “Hablamos de inversiones sustentables en infraestructura, en ciudades, en trenes, en vías de comunicación, en el sector energético y en la industria. Se trata de inversiones cuya seguridad debe estar garantizada a través de condiciones previas muy claras”, menciona el especialista.
Barth considera que, por el momento, este marco general está lleno de huecos. Por ejemplo, los precios de los certificados para emitir CO2 han bajado tanto, que ya no es rentable para las empresas invertir en tecnologías amigables para el medio ambiente.
A mediados de abril, el Parlamento Europeo votó contra la salida del mercado de dichos bonos, con lo cual debía propiciarse un alza en los precios de tales certificados.
Otro ejemplo son las subvenciones. Los inversionistas deben conformarse con esperar a que el Estado decida en qué medida y por cuánto tiempo apoyará la creación de energías renovables. “Las subvenciones por suministro a las redes energéticas han descendido de manera drástica y en parte de modo retroactivo, como en España, por lo que muchos proyectos se enfrentan a serios problemas”, dice Matthias Zöllner, del Banco Europeo de Inversiones (BEI). “Debe ponerse atención a que las reglas del juego estén claramente definidas, incluyendo los plazos y condiciones para hacer revisiones a los montos de las subvenciones”, agrega.
Crecimiento verde
“Cuando se habla de ‘crecimiento verde', es importante que éste se oriente también a la investigación y la innovación a largo plazo”, dice el funcionario del BEI. No basta sustituir las centrales energéticas a base de carbón mineral por generadores eólicos. “Urge alcanzar una transformación económica que llegue a otros sectores y que conduzca a inversiones más diversificadas”, señala Zöllner.
También es importante acabar con viejas estructuras. Sería ilusorio, dice Zöllner, pensar que con la sola promoción de empresas verdes se eliminarían de un tajo todos los obstáculos de la burocracia o las reformas pendientes en el mercado laboral.
Autor: Sabine Kinkartz / EL
Editora: Emilia Rojas-Sasse