Crisis en Bolivia: "Morales está dando manotazos de ahogado"
4 de noviembre de 2024Es un pulso fratricida que tiene en vilo a toda Bolivia: el expresidente Evo Morales contra el actual mandatario, Luis Arce, ambos del partido Movimiento al Socialismo (MAS). Una pugna por el liderazgo del MAS en las elecciones de 2025, que lleva a los partidarios de Morales a bloquear carreteras como medida de presión y al Gobierno de Arce a utilizar la fuerza pública para desbloquear.
Los últimos movimientos de Morales han sido declararse en huelga de hambre, desmarcarse de los bloqueos campesinos e instar a una renuncia colectiva de altos funcionarios para no ser "cómplices del peor Gobierno de la historia". "Me da la impresión de que lo que está haciendo Morales son los manotazos de ahogado”, dice al respecto a DW Moira Zuazo, investigadora asociada de la Universidad Libre de Berlín.
Para José Luis Exeni, director de proyectos de la Fundación Friedrich Ebert (cercana a la socialdemocracia alemana) en su sede en Bolivia, las recientes maniobras de Evo Morales son "simbólicas”: "Todo el entorno del presidente ha reafirmado su lealtad y su apoyo al presidente Arce y su gestión”, agrega Exeni. "En el fondo, de lo que se trata es de si va a haber voluntad de crear un mecanismo de diálogo para salir de la actual situación”.
Las cartas de Luis Arce
Por su parte, el Gobierno de Luis Arce tampoco ha estado inactivo en los últimos meses en el marco de esta lucha sin cuartel entre evistas y arcistas: "Primero bloquearon el Congreso del MAS para la reelección de la directiva, pusieron en riesgo las propias siglas del MAS ante el incumplimiento de resoluciones del tribunal electoral, promovieron una resolución constitucional muy cuestionable que habla sobre la reelección. Incluso hubo un intento fallido de llevar el tema a un referendo, como planteó el presidente en su mensaje del 6 de agosto, que se cayó finalmente”, enumera José Luis Exeni.
Y hay una carta más que, según el experto, tiene el objetivo de dejar fuera la candidatura de Evo Morales: las acusaciones de estupro contra el expresidente. Morales lleva días atrincherado en la zona de Cochabamba, ante la posibilidad de que emitan una orden de captura en su contra por varios procesos. "Esto tiene un efecto en la legitimidad del expresidente Morales y sus posibilidades de plantear su liderazgo, que ahora se han restringido muchísimo”, señala Exeni.
Malestar social
En Bolivia hay un enorme descontento por la crisis económica, así como por la crisis ambiental tras los incendios de Tierras Bajas. La popularidad del MAS de Arce está en sus horas más bajas. "Los Gobiernos del MAS (sin distinguir entre el ala arcista y el ala evista), han llevado a cabo una serie de políticas que han tenido una cierta continuidad y que han contribuido a la crisis ambiental. La crisis económica actual se expresa en una grave escasez de gasolina diésel”, dice Moira Zuazo.
En este escenario, el ala evista del MAS apostaba por lograr apoyos de la sociedad boliviana aprovechando el malestar, pero no ha logrado su objetivo. "Después de 22 días, el rechazo al MAS evista ha crecido enormemente en las ciudades, algo que no sorprende, y en el campo su apoyo está mermando notablemente. Y la popularidad de Arce, según encuestas, es bajísima, no tiene ninguna posibilidad de ganar”, explica Zuazo. A todo ello, se suma la baja imagen de Morales relacionada con el caso de estupro.
Deterioro institucional
El enfrentamiento entre Evo Morales y Luis Arce no solo tiene como consecuencia palpable el bloqueo de carreteras, sino también el deterioro del Estado de derecho. "La implosión en el MAS contamina no solo el campo político y el sistema de partidos en Bolivia, sino también la gestión del Gobierno, el funcionamiento de la Asamblea Legislativa, que está en una situación casi de parálisis decisora y bloqueo institucional. Además, contamina el próximo ciclo electoral y, por supuesto, está condicionando el ejercicio de la democracia en el país, porque el MAS ha sido el actor predominante en los casi últimos 20 años en el país y ahora no sabemos qué viene”, dice José Luis Exeni.
Es una lucha en la que ninguno de los dos contrincantes tiene posibilidad alguna de ganar, porque la popularidad de Morales y Arce ha bajado tanto, que sus opciones de vencer en las elecciones de agosto de 2025 son muy escasas. Los próximos pasos en el seno del MAS irán definiendo el camino hasta los comicios, pero también lo que suceda con la oposición, extremadamente fragmentada. "Morales y Arce tienen al frente no a un candidato fuerte de oposición, sino al menos a 19 precandidatos que quieren llegar a la presidencia, todos en nombre de la unidad, y sin ninguna propuesta programática seria, y sin una visión de país que ofrecer a la ciudadanía y a los votantes”, puntualiza el experto.
Incertidumbre política en una sociedad que, cada vez más, clama por certezas democráticas y mayor confianza en el Estado.
(cp)