Cuba en la mira
30 de abril de 2003Cuba vuelve a integrar el principal organismo de derechos humanos de las Naciones Unidas, integrada por 53 países. Washington no demoró en reaccionar y afirmó que era "como poner a Al Capone a cargo de la seguridad de un banco". El portavoz de la Casa Blanca Ari Fleischer afirmó que "Cuba no merece un sitio en la Comisión de Derechos Humanos. Cuba merece ser investigada por la Comisión de Derechos Humanos".
Hace pocas semanas las autoridades cubanas condenaron a 75 opositores a penas de hasta 28 años de cárcel en una nueva ola represiva en la cual también fueron ejecutados de forma sumaria tres hombres que secuestraron una embarcación para llegar a EE.UU.
La Comisión de DD.HH.
No todos los integrantes de esta comisión son democracias ejemplares, como la República Democrática del Congo, Arabia Saudita, Sudán o Zimbabwe. Aunque este hecho no justifica las recientes ejecuciones ordenadas por Fidel Castro, sí reflejan las contradicciones que numerosos expertos denuncian en el seno de este organismo de la ONU.
Así, el embajador cubano ante la ONU, Bruno Rodríguez Parrilla, acusó a Estados Unidos de ejecutar menores y personas con retraso mental y de violar los derechos de los combatientes afganos confinados sin acusaciones formales en la base estadounidense de Guantánamo en territorio cubano.
Al mismo tiempo, los expertos indican que Cuba integra la comisión pero no reconoce necesariamente las resoluciones cuando serían aplicables a su propio país. Grupos de derechos humanos denuncian que las elecciones de este año para la comisión de DD.HH. reflejan un creciente dominio de presuntos violadores de los derechos humanos, muchos de los cuales, como Cuba, fueron propuestos en un lista regional sin oposición.
"Hay un bloque enormemente poderoso y bien organizado que no quiere que ningún país sea criticado, que se opone a la supervisión de los derechos humanos y desea debilitar la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos", dijo a la agencia Reuters Joanna Weschler de la organización Human Rights Watch.
Cuba como símbolo
Como explica a DW-WORLD Susanne Gratius, del Instituto Alemán para Política Internacional y Seguridad, los últimos sucesos en Cuba indican nuevas limitaciones de los DD.HH., luego de cierta distensión en los últimos años. Habría que "diferenciar entre derechos humanos y derechos políticos", ya que éstos últimos "nunca han dejado de estar limitados", dice Gratius.
Frente quienes se muestran sorprendidos por la falta de oposición a la reelcción de Cuba como integrante de la Comisión de DD.HH. de la ONU, no habría que olvidar que "muchos de sus integrantes son otros países del Tercer Mundo que ven en Cuba un símbolo de la lucha anti-imperialista", explicando que el apoyo al Gobierno de Fidel Castro precisamente en el contexto actual, explica Susanne Gratius en DW-WORLD.
Nueva ola represiva
"Efectivamente hay un endurecimiento más allá de las conocidas olas represivas en Cuba", dice Susanne Gratius. Las detenciones, condenas y la ejecución de la pena capital serían los hechos más graves ocurridos desde la década de los años 70, y tendrían razgos de "una acción de limpieza política", advierte Gratius.
Por ello, aunque la situación actual vuelva a calmarse dentro de algún tiempo, no se trataría de las etapas de tensiones y distenciones cícilicas de los últimos años. Un indicador de la pérdida de apoyo a Cuba serían las protestas públicas contra la represión reciente de figuras como José Saramago, premio Nobel de literatura y militante del Partido Comunista, o bien de Gabriel García Márquez, un amigo personal de Fidel Castro.