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Cumbre de UNASUR: ¿perspectiva alentadora a pesar de graves divergencias?

10 de agosto de 2009

La Unión de Naciones Suramericanas cambia su presidencia. De Chile a Ecuador. Si al primero le tocó mediar en el conflicto boliviano, al segundo le tocará presidir uno en el cual es actor.

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Cumbre de UNASUR en Quito, Ecuador. Ministros de ExterioresImagen: picture alliance / dpa

El 10 de agosto Ecuador asumió la presidencia de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR); esta asociación de 12 países, con poco más de un año de vida, se ve enfrentada a la primera crisis entre socios.

Hay serias disonancias entre la Venezuela de Hugo Chávez y su “socialismo del siglo XXI”, la Colombia del presidente Uribe –con su política de mano dura contra el narcotráfico y la guerrilla y su alianza con Estados Unidos- y el Ecuador de un Rafael Correa, que después de diversos plebiscitos logra un segundo mandato con amplio respaldo y una constitución reformada. El rechazo de Quito al emplazamiento de varias bases norteamericanas en territorio colombiano ha llevado la tensión al límite.

Bases norteamericanas en territorio colombiano

“UNASUR no se encuentra en su mejor momento: Bogotá y Quito no tienen lazos diplomáticos, las relaciones colombo-venezolanas están congeladas por decisión del Gobierno de Caracas y el presidente del país anfitrión, Rafael Correa, asume su presidencia en el afán de resolver estas controversias siendo parte del conflicto”, dijo a DW-WORLD Günter Maihold, director de la Fundación para Ciencia e Investigación de Berlín. Los otros países miembros de esta unión sureña - Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay- no han mostrado demasiado interés en inmiscuirse en el asunto, la mediación ha sido delegada a la Organización de Estados Americanos (OEA).

Colombia no está presente en Quito en la cumbre de UNASUR, tampoco el presidente Uribe estaba entre la lista de invitados a la ceremonia que da inicio al segundo mandato del presidente ecuatoriano; así que “los gobernantes no tendrán problemas en ponerse de acuerdo sobre la inoportunidad de las bases de Estados Unidos en Colombia”, sigue Maihold recordando que, a lo largo de una década, a nadie pareció molestarle la base estadounidense emplazada en la ecuatoriana Manta.

El embajador de Ecuador en Berlín, Horacio Sevilla Borja , dijo a DW-WORLD que "Ecuador se opone a que Colombia cree con Estados Unidos siete bases militares en territorio colombiano; la repulsa a esa iniciativa del presidente Uribe de Colombia ha sido general en Ecuador”.

Desde Quito, Claudia Detsch, analista política de la Fundación Friedrich Ebert, dijo, por su lado, a DW-WORLD: “Los países que conforman el ALBA –una alianza cuyo eje son Venezuela y Cuba- esperan poder aislar a Colombia por el asunto del emplazamiento de las bases estadounidenses. El reciente periplo latinoamericano del presidente Uribe torna esto bastante improbable. Un disenso se avecina”.

Ecuador Bolivien Präsident Evo Morales
El presidente de Bolivia, Evo Morales en una ceremonia indígena en Ecuador, agosto 9Imagen: AP

Colombia no quiso la presidencia de UNASUR

Colombia era la que tenía que recibir el nuevo mandato de las manos de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet. Ésta había arbitrado el conflicto entre el presidente boliviano y las provincias independentistas. “UNASUR probó su valía en ese conflicto”, opina Detsch para quien esto se debió “a la inteligente mediación del Gobierno chileno que tenía la presidencia en ese momento. Si un éxito similar se puede esperar bajo una presidencia bastante menos diplomática, está por verse”.

El largo brazo de las FARC

El conflicto actual viene de lejos: Colombia acusa a Venezuela de apoyar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC); Ecuador y Venezuela se oponen a las bases estadounidenses. Por otro lado, desde el ataque de Colombia a un campo guerrillero de las FARC en el norte de Ecuador y la incautación de una computadora con información que salpica a Rafael Correa y a la financiación de su campaña presidencial y que vincula a la cúpula ecuatoriana tanto con la guerrilla como con el Gobierno venezolano, las relaciones están al rojo vivo.

Siga leyendo: La base bolivariana de UNASUR

Ein Regenbogen scheint hinter einem Reiterdenkmal des Freiheitskämpfers Simon Bolivar in La Paz Bolivien
"Especialmente los países del socialismo del siglo XXI cifran grandes esperanzas en UNASUR"Imagen: AP

La base bolivariana de UNASUR

“Que todos los Estados del sur en América Latina formemos una entidad política, ése es el legado de Simón Bolívar. ¿Qué hacemos ahora? Inspirados en la idea bolivariana, construimos UNASUR”, dice Sevilla Borja Hace poco menos de 200 años, Simón Bolívar, el líder de las guerras por la independencia de las colonias españolas, logró conformar una inmensa nación que, por una década, conformaron los territorios que hoy pertenecen a Venezuela, Panamá, Ecuador, Colombia, Costa Rica, Perú, Guyana, Brasil y Nicaragua.

En cuanto a las perspectivas de esta nueva alianza entre las naciones suramericanas, Detsch opina: “Los Gobiernos de los países que conforman UNASUR siguen, en parte, metas diferentes –en política interior como en cooperación a nivel regional- y se basan en convicciones diferentes. Dado que la política de exteriores de muchos países latinoamericanos está marcada por la política nacional, las divergencias ideológicas representan un desafío para todo proyecto de integración, también para UNASUR”.

Alan Garcia und Alvaro Uribe in Peru
El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, con su homólogo peruano, Alan García, agosto 4Imagen: AP

Y entonces, ¿será UNASUR sólo un proyecto de integración más, como la Comunidad Andina de Naciones (CAN), heredera del difunto Pacto Andino; o como el MERCOSUR, cuya liberalización de los mercados lleva décadas cociéndose y no acaba de cuajar? “No se puede descartar de plano a UNASUR”, responde Detsch, “no porque esta asociación se haya planteado metas de considerable importancia, que vaya a lograr en un futuro cercano. Más bien se trata de que UNASUR se ve, por ejemplo en Ecuador, como una alternativa esperanzadora a otros procesos de integración que hasta ahora han representado una experiencia decepcionante”, explica Detsch.

¿Una alternativa esperanzadora aunque entre los tres países de la entonces Gran Colombia no haya tema que no se tenga que tocar con guantes de seda? Sí, asevera optimista Sevilla Borja, pues "el proceso avanza, tiene sus dificultades políticas pero en suma es imparable y nosotros vamos hacia la unidad latinoamericana”.

Gründungsgipfel Unasur in Brasilien
Fundación de UNASUR, mayo 2008Imagen: AP

“Especialmente los países del socialismo del siglo XXI cifran grandes esperanzas en UNASUR, pues esperan contextualizar allí sus proyectos regionales”, analiza Detsch. Pero UNASUR no está conformado sólo por países que simpatizan con las ideas bolivarianas cuyo máximo representante es el presidente venezolano.

A las graves divergencias actuales, Sevilla Borja contrapone: “Acuérdese usted de la Unión Europea; nadie podía creer que con los problemas que existieron entre Francia y Alemania –para ponerle un ejemplo de los muchos que habían en Europa- se llegaría a una unión. Nosotros en un lapso más corto que el largo tiempo que le tomó a Europa, llegaremos a la Unión de Naciones del Sur”. ¿En un lapso más corto? Detsch concluye: “Este proyecto apenas comienza; no hay por qué darlo de baja. Sin embargo, sus verdaderos logros –dada la lentitud del proceso de institucionalización- cabe ponerlos en los objetivos a largo plazo”.

Autor: Mirra Banchón

Editor: Enrique López