EE.UU.-Japón-Filipinas: ¿una nueva estructura para Asia?
9 de abril de 2024El presidente estadounidense, Joe Biden, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, y el presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., se reúnen el jueves (11.4.2024) en Washington para reforzar los lazos económicos y de defensa entre las tres naciones.
Autoridades afirman que la cumbre no está dirigida contra ningún país en concreto, pero el hecho es que se celebra en mitad de una escalada de las tensiones en torno al Mar de China Meridional, concretamente en el disputado Second Thomas Shoal, ubicado en aguas reclamadas tanto por China como por Filipinas.
En los últimos meses, los guardacostas chinos se han enfrentado en repetidas ocasiones a misiones de reabastecimiento del puesto de avanzada filipino en este enclave. Los barcos chinos han respondido utilizando cañones de agua y llevando a cabo maniobras arriesgadas para bloquear a los buques filipinos.
Japón, por su parte, también se ha enfrentado a incursiones en aguas cerca de Senkaku, una cadena de islas deshabitadas bajo control japonés en el Mar de China Oriental. Tokio ha acusado a China de instalar boyas cerca de esta zona.
En la cumbre de esta semana, Washington, Tokio y Manila podrían forjar un sistema de seguridad independiente, con menos énfasis en el liderazgo estadounidense, algo en lo que tradicionalmente se ha basado la estrategia en esta zona con sus socios, Filipinas y Japón.
"Esta triple vía representa el creciente deseo en Manila y Tokio, e incluso en Washington, de ir más allá de los modelos tradicionales para integrar aún más los esfuerzos de colaboración basados en objetivos comunes", dice a DW Don McLain Gill, analista geopolítico afincado en Filipinas.
Manila y Tokio, cada vez más cerca
Tokio se ha esforzado en el último tiempo por intensificar la cooperación en materia de seguridad con Manila, discutiendo un pacto militar que permitiría el despliegue de tropas de ambos países en Filipinas con tal de realizar ejercicios y maniobras.
Georgi Engelbrecht, analista del International Crisis Group, describe a Japón como un "campeón silencioso" en Asia.
"Tal vez comenzó con la intensificación en la disputa de las Senkaku, continuó más tarde con la administración de (el exprimer ministro japonés Shinzo) Abe, pero culminó en esta toma de conciencia del Indo-Pacífico, donde EE. UU. mira el sudeste asiático como un área que también puede ser apoyada en varios sentidos, y con el objetivo de subrayar aún más ciertos ideales que comparte con esta parte del mundo", señala Engelbrecht a DW.
Para el analista, la cumbre trilateral no es una sorpresa y muestra la convergencia de unos lazos más fuertes entre Japón, Filipinas y la resurgente alianza de EE. UU.
Filipinas sigue por detrás
Tras la cumbre trilateral, Estados Unidos podría situarse en la cúspide de un triángulo, con Japón y Filipinas en la base colaborando estrechamente, dice a DW Carlyle Thayer, profesor emérito de Política de la Universidad de Nueva Gales del Sur.
Por otro lado, la ayuda de Japón también podría cambiar la ecuación en la disputa entre China y Filipinas.
No obstante, los expertos han señalado que, aunque la cumbre es una reunión de iguales y de naciones con ideas afines, Filipinas está muy por detrás de Japón y EE. UU. en cuanto a desarrollo económico y capacidades militares.
"Lo que va a ocurrir es que los ministros de Defensa (afinarán) lo que vaya a ser la cooperación en materia de defensa, pero trabajarán realmente en el aspecto económico, porque la inversión creará más puestos de trabajo para los filipinos. Una economía fuerte ayudará a cualquier gobierno a que permanezca en el poder a lo largo de los años, de modo que pierda atractivo que China aporte esos millones si Japón y Estados Unidos suben la apuesta", afirmaThayer.
Las elecciones podrían estropear los planes
Los expertos, no obstante, advierten que una sola cumbre no resolverá las tensiones en el Mar de China Meridional.
"La gran pregunta es cuánto tiempo se mantendrá o si se mantendrá a largo plazo", dice Gill, señalando que los sistemas presidenciales como Filipinas y EE.UU. son propensos a cambios en la política exterior, dependiendo de quién ocupe el cargo.
En Estados Unidos se celebrarán elecciones a finales de este año y Filipinas podría tener un nuevo presidente en 2028, lo que podría poner fin a la campaña de Marcos para reforzar las alianzas con la UE, Australia, Japón y el propio EE. UU.
(aa/ms)