Iberoamérica: la deuda de la educación
7 de diciembre de 2014Un México profundamente conmocionado por la desaparición de 42 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa es el anfitrión de la XXIV Cumbre Iberoamericana, que tiene lugar del 8 al 9 de diciembre en Veracruz. Esos hechos, que han estremecido no solo a los mexicanos, ponen de manifiesto que la pobreza va de la mano de la violencia, la corrupción y la indefensión. Consenso hay a estas alturas en ver a la educación como el antídoto de fondo más eficaz.
“La educación es la principal política pública que pueden llevar acabo los Estados y tiene efectos sobre la sociedad al menos en tres planos distintos: por una parte afecta la productividad económica y es clave para el crecimiento y el desarrollo económico de los países; por otra, es la herramienta principal que puede reducir las inequidades sociales; y, por último, es la gran generadora de ciudadanía democrática”, afirma José Weinstein, sociólogo y académico de la Universidad Diego Portales, de Santiago de Chile. De ahí que considere un acierto el tema central de la cumbre de Veracruz, que se celebrará con el lema “Iberoamérica en el siglo XXI: Educación, Innovación y Cultura”.
La brecha educacional
Los latinoamericanos han soportado mucho mejor la crisis económica que su contraparte ibérica, pero siguen cojeando en el terreno de la equidad, lo que también se refleja nítidamente en materia educacional. Un ejemplo: solo un 2 por ciento de los niños del quintil de mayores ingresos no termina la primaria. En el caso de los más pobres, la cifra se eleva al 12 por ciento, según datos de la CEPAL (2008) recogidos en el documento sobre las Metas Educativas 2021.
¿Ha habido avances desde entonces? “Yo creo que la brecha propiamente tal no se ha reducido. Lo que sí ha ocurrido es que todos los grupos han ido mejorando su acceso a la educación. Guardando las distancias, en educación pasa lo que pasa en la economía: hay más crecimiento, pero no hay mejor distribución de la riqueza que se genera”, dice José Weinstein, ex ministro de Cultura e integrante del Consejo Nacional de Educación de Chile.
Mayor acceso no significa tampoco necesariamente una mejora en la calidad de la educación. “Sigue habiendo un enorme déficit acumulado, que nos va dejando rezagados respecto de otras regiones del mundo”, dice el académico chileno, que considera esencial poner énfasis en la docencia para lograr un salto cualitativo en la materia.
Un “Erasmus” para Iberoamérica
Por su parte, los ministros de Educación de Iberoamérica destacaron en agosto la voluntad de potenciar la movilidad académica, como una herramienta que contribuye a mejorar la calidad educacional. En este sentido, ya se ha planteado la idea de crear un sistema iberoamericano de becas similar al programa Erasmus.
“En sus 25 años de existencia, Erasmus ha impulsado decisivamente la movilidad y el intercambio en Europa. También ha tenido gran influencia en el desarrollo del sistema educativo”, indica Beate Körner, del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD), encargada de Erasmus+ y proyectos de Cooperación. Explica que, por ejemplo, ha mejorado la situación en cuanto al reconocimiento de estudios realizados en otros países, y destaca como principal logro del programa haber “hecho desaparecer las fronteras europeas en el ámbito de la educación”.
Erasmus+, que entró en vigor este año y se extenderá hasta 2020, no solo incluye más áreas, sino que ha adquirido una nueva dimensión internacional, que permitirá fomentar la movilidad, al igual que la cooperación a través de proyectos conjuntos con países de otros continentes, como América Latina.
Instrumento de integración
“Un objetivo importante de estos proyectos es el respaldo y el fomento de la cooperación regional”, señala Beate Körner, puntualizando que en ellos deben participar al menos tres instituciones de educación superior europeas con otras de dos o más países latinoamericanos. “Estos proyectos no solo serán una importante base para el intercambio entre Europa y América Latina, sino también entre los países latinoamericanos”, subraya.
También José Weinstein ve en la movilidad de estudiantes y académicos un importante potencial para la región. “Si lográsemos tener ese tipo de instrumentos como el programa Erasmus en América Latina, lograríamos un avance muy sustantivo. En ese sentido, ojalá este encuentro de Veracruz vaya más allá de la sola manifestación de buena voluntad y se traduzca en herramientas concretas que permitan una mayor integración”.