Cumbre Sudamérica-África: el eje Sur-Sur
25 de septiembre de 2009África deja de ser percibida únicamente como la tierra de las catástrofes naturales y humanitarias, y empieza a sobresalir en la agenda internacional como una región en donde abundan posibilidades de cooperación económica y política. Ese aspecto del continente ha sido descubierto por países tan disímiles como China, Japón, India, Turquía e Irán y comienza a ser aprovechado también por los países suramericanos. Como muestra, un botón: durante los días 26 y 27 de septiembre tendrá lugar en Venezuela la II Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de América del Sur y África (ASA).
La semilla de la cooperación
No uno, sino dos proyectos de integración fueron concebidos simultáneamente durante la primera reunión de la Comunidad Suramericana de Naciones (CASA), celebrada el 30 de septiembre de 2005 con el presidente brasileño, Luis Inácio Lula da Silva, como anfitrión. Uno de corte regional terminó reemplazando a la CASA bajo el nombre de UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas) a partir de 2008, fiel a la meta de crear una alianza al estilo de la Unión Europea.
El otro proyecto, de carácter interregional –el aludido foro de los países ASA–, fue desarrollado a partir de una iniciativa conjunta de Lula y su invitado especial, Olusegun Obasanjo, entonces presidente de Nigeria. Esbozado como un evento que debería repetirse cada dos años, la primera cumbre ASA se llevó a cabo en Abuja, Nigeria, en noviembre de 2006.
Más vale tarde que nunca
Pautada originalmente para el 24 de noviembre de 2008 y pospuesta para el 14 de septiembre de 2009 antes de ser reprogramada nuevamente, la segunda cumbre ASA es inaugurada finalmente este sábado en Margarita, la más grande de las islas venezolanas.
Los presidentes suramericanos y varios líderes de Centroamérica y el Caribe han sido invitados a reunirse con sus homólogos africanos para propiciar la cooperación en áreas que van desde la salud, la ecología y la cultura hasta la seguridad, la ciencia y la gobernabilidad, pasando, claro está, por el comercio y la inversión en infraestructura. No hay contradicción alguna entre el tono solemne con que esta cumbre suele ser descrita –Lula, por ejemplo, ve el acercamiento entre Brasil y África como un deber político, moral e histórico de su país– y el talante pragmático con que sus participantes discutirán sobre las posibilidades de colaboración económica que este segmento del eje Sur-Sur ofrece.
Poco ruido, muchas nueces
La indiferencia con que este evento es tratado por la prensa internacional es atribuida por algunos analistas al hecho de que reúne a la UNASUR y a la Unión Africana (UA), dos colosales proyectos de integración no del todo cimentados. “No son los grandes bloques continentales los que están en capacidad de colaborar los unos con los otros, sino algunos de sus países, los ‘grandes jugadores' de estos bloques”, comenta el Dr. Andreas Mehler, director del Instituto de Asuntos Africanos del GIGA en Hamburgo, ilustrando por qué encuentros como el Foro Trilateral IBSA (India, Brasil, Sudáfrica) despiertan mayor interés mediático que la cumbre ASA.
Eso explica también por qué los presidentes de Venezuela y Brasil la han promovido tan activamente; ambos tienen mucho que ganar con este intercambio transoceánico. “Hugo Chávez ha visitado varios países africanos buscando aliados que se identifiquen con su política internacional y el Gobierno de Lula invierte en algunos países africanos desde hace varios años”, dice el Dr. Denis Tull, investigador del Instituto Alemán para Política Internacional y de Seguridad (SWP) de Berlín, especializado en el tema de las inversiones externas en el África subsahariana.
Ambiciones latinoamericanas
La primera cumbre ASA culminó con la aprobación de la Declaración de Abuja y un plan de acción que busca establecer criterios para facilitar el entendimiento entre las partes y contempla la creación del Fondo de Cooperación África-Suramérica. Por si eso fuera poco, Chávez ha anunciado que propondrá la fundación de un banco intercontinental y la creación de una moneda para el comercio interregional en la segunda edición de este foro.
Lula, por su parte, continuará solidificando su política africana, tan relevante para su Gobierno desde su elección como presidente. El Dr. Gerhard Seibert, científico social del Centro de Estudios Africanos de Lisboa, señala que hasta 2003 Brasil cultivaba una relación estrecha con Angola y Nigeria por ser sus proveedores de materia prima más importantes en el continente; pero que, en los últimos seis años, estos y otros países han permitido que las exportaciones brasileñas hacia el otro lado del Atlántico se quintupliquen. Y el comercio exterior tiene tanta prioridad para Lula como la obtención de un asiento permanente para Brasil en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, un objetivo que el presidente brasileño pretende alcanzar con el apoyo de sus aliados africanos.
Expectativas africanas
Este foro también tiene mucho sentido para los países africanos. “La diversificación de sus relaciones exteriores es algo de mucho valor para los Estados africanos porque, hasta hace pocos años, sus contactos se limitaban a Europa y los Estados Unidos, tanto en materia económica y comercial como política. Ahora los países africanos tienen el chance de establecer contactos con inversores de otros países del ‘sur global' y de crear nuevos vínculos. Su participación en la cumbre ASA obedece a un cálculo muy racional”, dice Tull y agrega: “Lo importante ahora es ver qué acciones concretas se derivan de esta cumbre a mediano plazo”.
Autor: Evan Romero-Castillo
Editor: Pablo Kummetz