Cómo ahorrar energía engañando al termostato
20 de abril de 2007Una empresa británica acaba de desarrollar un aparato muy sencillo con el que se puede reducir drásticamente el consumo de electricidad en muchos refrigeradores, sin que se echen a perder los alimentos.
Para garantizar la temperatura adecuada, la refrigeración de las neveras se prende y apaga, controlada por un termostato, que mide la temperatura del aire dentro del refrigerador. Pero la temperatura del aire dentro de las neveras oscila mucho.
La temperatura de los alimentos, por el contrario, no cambia tan rápidamente. El resultado es que la refrigeración trabaja más de lo necesario. Ello resulta a su vez en un consumo excesivo de corriente eléctrica y un desgaste innecesario de las unidades de generación de frío.
Ciclos más largos, pero menos frecuentes
De ello se dieron cuenta los inventores del nuevo aparato, llamado eCube, y desarrollaron una sustancia que reacciona a los cambios de temperatura en forma similar a los alimentos y la conectaron directamente con el termostato. Más sencillo, imposible.
El eCube simula la temperatura de los alimentos a 15 mm debajo de su superficie. Cuando el aparato está conectado al termostato se reducen los ciclos de refrigeración, ya que estos se basan entonces en la temperatura de los alimentos y no en la del aire.
Si bien los ciclos de refrigeración son entonces más largos, su frecuencia se reduce hasta en un 80 %. Por ejemplo el ciclo en un refrigerador de supermercado (abierto) es el siguiente: 3 minutos en funcionamiento, 2 minutos detenido. Con eCube, los ciclos cambian a 9 minutos en funcionamiento y 7 minutos apagado, lo que resulta en un ahorro de energía de hasta dos tercios.
El secreto: una especie de cera
El secreto de eCube es una especie de cera, que simula la consistencia de uno de los alimentos más sensibles que se pueden guardar en un refrigerador: crustáceos.
La idea es que si la temperatura dentro de un refrigerador se puede regular de tal forma que una porción de crustáceos permanezca siempre fría, tampoco la leche, el queso y la carne pueden echarse a perder.
El eCube se halla a la venta desde hace algunas semanas en Gran Bretaña. Cada unidad cuesta unos 40 euros. Hasta ahora, el cubo ha sido vendido exclusivamente a empresas, porque instalarlo por cuenta propia en un refrigerador doméstico requiere bastante destreza.
Uno de los primeros clientes de eCube fue el Riverbank Park Plaza Hotel, en Londres. El hotel tiene seis grandes cocinas con varios recintos refrigerados transitables y numerosos refrigeradores. En el hotel se instalaron 160 eCubes. Al principio escépticos, los administradores del Riverbank pronto constataron, sin embargo, que podían ahorrar hasta 25.000 euros por año en corriente eléctrica.
También los refrigeradores domésticos pueden ser equipados con eCube. Pero el dispositivo debe venir instalado de fábrica. Sus inventores están negociando ya las condiciones con varios fabricantes de neveras.