Cómo criticar a la política con un dibujo
4 de agosto de 2013
El euro está enfermo. Unos médicos y una enfermera (la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) lo llevan en una camilla, donde el euro figura conectado a un sistema de goteo. Sus salvadores dicen “ya estamos llegando, ya estamos llegando”. Pero la escalera nunca termina. Con ese dibujo realizado en 2012, el caricaturista alemán Gerhard Mester graficó los intentos de rescate del euro llevados a cabo en los últimos años.
Esa caricatura, que refleja todo el sentido político de este arte, ganó el primer lugar en “Retrospectiva 2012”, uno de los premios para caricaturistas más importante de Alemania. “Las caricaturas son siempre comentarios sobre hechos actuales. Toman partido y analizan”, dice Ulrich Op de Hipt, quien actuó como jurado en esa premiación y trabaja como curador en la mayor colección de caricaturas políticas alemanas, ubicada en la “Casa de la Historia” de Bonn.
Internet es para otros
Para el dibujante Gerhard Mester, este premio significa un incentivo a su trabajo diario. “Mejoró mi reputación en la redacción“, dice el artista, quien tiene claro que los tiempos se han tornado inestables para el mundo de la prensa. Si bien los periódicos siguen publicando los dibujos en lugares destacados, las ventan siguen yendo a la baja y, con eso, el número de páginas también disminuye. Internet, por su parte, no supone un modelo de negocios rentable para los dibujantes, dice el reconocido caricaturista alemán Rainer Hachfeld. En las ediciones online de los periódicos, encontrar la caricatura es una odisea, por ejemplo.
Además, hay problemas con las nuevas generaciones. Los dibujantes establecidos se vuelven cada vez mayores, mientras que los más jóvenes optan por buscar otras fuentes de ingresos, como por ejemplo el mundo de la publicidad. Rainer Hachfeld sentencia que “el caricaturista, ese que hace dibujos políticos en la prensa, se está muriendo”. Sin embargo, destaca que en países como Gran Bretaña o Francia, los dibujos editoriales siguen teniendo mucha fuerza.
Desde los faraones
Esto también ocurre fuera de Europa. Rainer Hachfeld fue jurado en el premio para caricaturas de la Red de Periodistas del Tercer Mundo (DWJN por sus siglas en inglés), cuyo tema era “50 años de unidad africana”. En sus conversaciones con dibujantes africanos se dio cuenta de que ellos “se toman esto en serio. Los medios impresos de allá tienen mucha influencia política”. También Annette Hornung-Pickert, de DWJN, tiene esa impresión sobre la importancia de las caricaturas en el debate político de países como Kenia, Tanzania o Sudáfrica. Pero además de dibujantes valientes, en Áfirca se necesitan editores dispuestos a respaldarlos. Por ahora, temas tabú como la religión ni siquiera son abordados en algunos lugares.
Annette Hornung-Pickert tiene la impresión de que la caricatura política es especialmente importante en medios de países como Gran Bretaña. Pero que el dibujo crítico sea en origen parte de la cultura europea es relativo, asegura Mohamed Abla. El artista egipcio, que también es coleccionista, ha realizado un proyecto extraordinario en el oasis de Fayoum, cerca de El Cairo: el único museo de la caricatura del mundo árabe. “En Egipto estas obras existen desde los tiempos de los faraones”, cuenta. Y en la prensa de ese país siguen jugando un importante rol. “Las tiras cómicas pueden enseñar mucho. Muchas personas entiende mejor viéndolas a ellas que leyendo libros”.
Dibujantes jóvenes
En Egipto crece el número de caricaturistas. “Hay muchos jóvenes, hombres y mujeres, en ello. Para ellos Internet también juega un papel importante al momento de generar reacciones“, dice Abla. El origen de este auge radica en la revolución egipcia. El clima político ha cambiado, por eso los dibujantes pueden ofrecer sus críticas en los periódicos de forma más abierta que antes. “La libertad de expresión es un requisito esencial para los caricaturistas“, dice el experto alemán Ulrich Op de Hipt.
Dondequiera que la libertad esté restringida, los caricaturistas estarán en problemas, pues corren el riesgo de ser acusados de difamación y sufrir consecuencias. En países con una fuerte censura política, como China, estos artistas solamente pueden trabajar bajo supervisión, si no se exponen a toda clase de riesgos. En Siria, el dibujante Ali Faerzat fue torturado por, supuestamente, insultar al presidente Bashar al Assad. Hoy vive en el exilio y sigue creando. Eso demuestra que los caricaturistas y sus comentarios críticos de los procesos políticos y sociales siguen siendo indispensables.
Autora: Marie Todeskino / Diego Zúñiga
Editor: Enrique López