¿Cómo funciona el bitcoin?
El bitcoin sube, baja y sube, y muchos se preguntan si deberían seguir el ejemplo de Elon Musk e invertir sus ahorros en esa moneda virtual. DW no hace una recomendación, sino que explica cómo funciona el bitcoin.
Bastante críptico
El bitcoin es una criptomoneda. El medio de pago funciona digitalmente, sin monedas ni billetes físicos, y se basa en procesos criptográficos. El bitcoin se organiza de forma descentralizada y no requiere bancos. Por tanto, la moneda puede utilizarse en todo el mundo y a través de las fronteras en las mismas condiciones y no puede compararse con ningún sistema monetario anterior.
El "padre" como misterio
En enero de 2009, se publicó un software de código abierto para bitcoin bajo el seudónimo Satoshi Nakamoto. Unos meses antes, esta persona o grupo había descrito públicamente el funcionamiento de la moneda digital por primera vez en un texto.
¿Cómo se consiguen los bitcoins?
Hay diferentes formas de conseguir bitcoins: se compran en una plataforma de internet (y se pagan, por ejemplo, con euros). O se acepta bitcoin como medio de pago por los bienes o servicios que ofrece. O uno mismo se convierte en un "minero" y "extrae" nuevos bitcoins.
Hay que tener un monedero digital
Las criptomonedas se guardan en un monedero virtual. Contiene llaves. Solo con esas se puede determinar quién es el propietario de un bitcoin. También son necesarias para las transacciones. Un monedero puede guardarse en un smartphone, un ordenador, una memoria USB, medios de almacenamiento especialmente protegidos y en una nube web. Sin un monedero, uno no tiene acceso a sus bitcoins.
Cómo pagar con bitcoins
Supongamos que el Sr. X quiere comprar un sombrero a la Sra. Y y paga con bitcoin. Ambos deben tener una clave pública (comparable a un número de cuenta) y una clave privada (comparable a un TAN) para una transacción de bitcoin.
Cadena de bloques
La Sra. Y transmite su clave pública al Sr. X. Éste confirma con su clave privada y así solicita una transacción. Esto se recoge con varios cientos de otras transacciones en un bloque (de ahí el término blockchain, pero más adelante se hablará de ello).
Mineros bitcoin
El bloque se distribuye a todos los ordenadores de la red descentralizada de bitcoin. Estos ordenadores también se llaman mineros. Comprueban las transacciones que pasan de un monedero a otro y las confirman. En teoría, cualquiera puede hacer que su ordenador funcione en la red. Mientras tanto, sin embargo, la mayor parte del trabajo lo realizan las granjas de servidores profesionales.
Minería con tarjetas gráficas
Antes de que se ejecute la transacción, los mineros tienen que resolver las tareas de cálculo criptográfico para cada bloque. Para ello se necesita potencia de cálculo y tarjetas gráficas potentes. La minería funciona como una competición: varios mineros intentan descifrar un bloque de la cadena de bloques. Quien lo consiga primero recibirá como pago bitcoins nuevos, es decir, "recién minados".
Una especie de collar de perlas
El bloque del Sr. X y la Sra. Y forma parte de una larga cadena, la llamada blockchain. Todas las actividades de bitcoin se almacenan en esta base de datos descentralizada. La cadena de bloques (blockchain) sirve así como libro de pagos de la criptomoneda. Aunque todo queda registrado y se puede ver, los usuarios permanecen en el anonimato.
Aquí sucede la minería
China tiene, con diferencia, la mayor parte de la potencia de cálculo de la red bitcoin y, por tanto, de su consumo de electricidad. Otros países importantes son Estados Unidos, Rusia, Kazajistán, Irán y Malasia, según el Índice de Consumo de Electricidad de bitcoin de la Universidad de Cambridge. La minería solo merece la pena cuando los precios de la electricidad son bajos.
Enorme consumo de energía
El proceso de cálculo de las transacciones de bitcoin (minería) requiere unos 120 teravatios hora (TWh) al año, según el Índice de Consumo de Electricidad de bitcoin de la Universidad de Cambridge. Eso es más electricidad que la que utiliza cada uno de los países de color azul en un año. Gráficos: Per Sander Textos: Gudrun Haupt