DaimlerChrysler en el banquillo

Kirk Kerkorian es un hombre a quien no le gusta perder. El multimillonario empresario de origen armenio tiene reputación de tener ‘manitas de oro’, pues todo lo que toca prospera, lo mismo si son líneas aéreas, casinos o estudios de cine. Llegado al otoño de su vida no se resigna a jugar el papel de perdedor como gran accionista del consorcio automotriz germano-estadounidense DaimlerChrysler. Desde la fusión entre ambos gigantes, ocurrida en 1988, el octogenario inversionista ha visto caer rápidamente el valor de su patrimonio bursátil.

David contra Goliath

El acaudalado magnate ha demandado al tercer consorcio automotriz más grande del mundo acusándolo de fraude y exige una compensación de 8,000 millones de dólares por pérdidas. Kerkorian, quien fuera el principal accionista de Chrysler con casi un 14% del capital de la empresa, argumenta que entre Chrysler y Daimler Benz no hubo una fusión entre iguales, como fue anunciada por el presidente de Daimler Benz, Jürgen Schremp, sino una absorción hostil del fabricante estadounidense por parte del alemán.

En medio de una gran expectación por el hecho de que Schrempp tendrá que comparecer en calidad de testigo, abrió el juicio en el pequeño puerto de Wilmington, estado de Delaware, en la costa atlántica de Estados Unidos. El directivo alemán realizó hace tres años unas declaraciones al diario Financial Times, en las que reconoció que presentó la operación con Chrysler como una fusión entre iguales por motivos estratégicos. Esta entrevista es la principal prueba de Kerkorian al acusar a Schrempp de fraude. La estrategia, según Kerkorian, perjudicó a los accionistas del fabricante automotriz estadounidense, pues en caso de una absorción hostil, hubieran recibido más dinero por sus acciones.

Arreglo extrajudicial

Nadie pone en tela de duda de que son los alemanes quienes tienen ahora la voz cantante dentro del consorcio DaimlerChrysler, pero también es cierto que sin el respaldo financiero de Daimler, el fabricante norteamericano no hubiera sobrevivido la batalla que se ha producido en el sector durante los últimos años. Alrededor de 250.000 documentos ha presentado DaimlerChrysler ante el tribunal de Wilmington para descalificar las acusaciones de Kerkorian, quien ha demandado a Schrempp a través de su sociedad de inversiones, Tracinda, nombrada tras sus hijas Tracy y Linda.

El proceso tendrá un desenlace incierto que si sigue su curso normal no terminará sino hasta principios del 2004. Sin embargo, ya se especula que habrá un arreglo extrajudicial. DaimlerChrysler enfrentó el verano pasado un juicio similar en Estados Unidos que terminó en un acuerdo fuera de los tribunales. La empresa pagó a un grupo de pequeños accionistas de Chrysler, que demandaban al consorcio por las mismas razones de Kerkorian, unos 300 millones de dólares que en buena parte fueron cubiertos por una empresa aseguradora.