Ritmos prehispánicos mexicanos en Hamburgo
16 de marzo de 2017El querer dar un giro de 180 grados a su vida, fue lo que la hizo emigrar. Una serie de cambios personales y laborales, como el cierre del periódico en donde ella trabajaba y el haber conocido al padre de sus hijos, la trajeron a Alemania. Ella vivió la caída del Muro de Berlín en 1989, pero ya no pudo reportear al respecto, pues su redacción ya no existía: "De hecho no quise cubrir la nota, pues también estaba enojada con el periodismo mexicano y su censura", cuenta. Fue entonces que Saide Sesín Martínez decidió reinventarse en la ciudad de Hamburgo e iniciar desde cero.
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La economista y periodista aprovechó las diversas herramientas que recabó durante 33 años en México y empezó un trabajo voluntario de concientización corporal para mujeres, lo hacía entre semana, y a la par decidió compartir la tradición de la danza conchera, los fines de semana. Para ella, la danza era parte de su vida, desde el momento que cubrió la sección de "Cultura Prehispánica". "Para mí danzar es compartir, es una belleza, una sabiduría, porque detrás de la danza hay toda una filosofía de parar tu mente, parar el mundo. Mientras estás danzando no estás pensando en problemas."
La danza conchera es una tradición prehispánica de México. Al danzante en este caso se le ve como un guerrero, que libra una batalla para conquistar su ser libre. Se les conoce con el nombre genérico de "concheros" porque la caja de resonancia de sus instrumentos, es un caparazón (concha) de armadillo. "Otra cosa especial de los concheros es que tocan su instrumento al bailar, tú haces la música que estás bailando… cada danzante pone su música a su ritmo e imaginación y los demás le siguen, es una forma de recordar que somos una comunidad, un team, que juntos se puede hacer armonía. Bailar en círculo es un legado de todas las culturas, porque se hace una fuerza común." Por esa razón Saide Sesín decidió fundar el Grupo Mayahuel de Hamburgo, que existe desde hace 27 años.
"No es folclor, es herencia cultural"
"La danza conchera la traje conmigo al llegar a Alemania, cuando aprendes esa disciplina es como un camino espiritual…no es folclor, es herencia cultural. En las escuelas antiguas se enseñaba, era una forma de preparar a los muchachos para la vida", comenta la también trabajadora social Saide Sesín.
En los años noventa a Saide le tocó vivir y acompañar el movimiento feminista en el país germano, fue algo nuevo y fascinante para la mexicana: "Observé el movimiento feminista, la creación de casas de mujeres, también las lesbianas se organizaron, fue un boom en Europa". Por ello, decidió dar clases de concientización corporal a mujeres a través de la reflexión y el trabajo con pelotas, cosa que aprendió durante 3 años en su país. Fue así que la hasta entonces reportera se inició en el trabajo social. La práctica y constantes capacitaciones la hicieron profesionalizarse al paso de los años y de mucho esfuerzo para abrirse camino en Alemania.
Recuperar la autoestima a través de la danza
Hoy día la multifacética mexicana Saide Sesín trabaja en el Centro de Integración IKB e.V., una asociación autónoma de migrantes para migrantes. Estas mujeres crearon su propia fuente de trabajo en un programa apoyado por el gobierno, y desde 2007 Sesín está como encargada de la sección de violencia familiar y matrimonios forzados LALE in der IKB e.V. Como parte de ese programa, logró institucionalizar hace tres años su taller de empoderamiento femenino "Empowerment Training" para mujeres migrantes en situación vulnerable. Con ellas trabaja corporalmente a través de las pelotas y ejercicios para que recuperen su autoestima.
Así es como entre la danza conchera, el apoyo y empoderamiento de mujeres, Saide logró abrirse paso laboral y paralelamente pudo criar en Alemania, como madre soltera, a sus dos hijos, ahora ya adultos. Ella acaba de cumplir 60 años, se le ve en perfecta forma gracias a la danza y a la práctica del aikido. Dice que aún tiene mucho por hacer, por aportar y sobre todo que no ha dejado de soñar: "Siento que he llegado al momento de la liberación… ahora puedo hacer muchas cosas que quería, mis hijos son ya adultos, quiero hacer mi cinturón negro en aikido, seguir escribiendo mis cuentos, seguir pintando y algún día viajar en barco y seguir danzando hasta donde se pueda."
Autora: Nancy Bravo (vt)