De bloguera a empresaria: conquistando el mundo digital
12 de septiembre de 2018Sabrina Spielberger cosechó su primer éxito como bloguera. Más tarde, a sus 28 años, fundó en Berlín digidip, empresa que hoy dirige y que cuenta con presencia en más de 40 países.
DW: ¿Cómo describiría usted su producto?
Spielberger: Utilizamos prácticamente dos páginas: en una figuran todos los gestores de sitios web, es decir, blogueros, revistas online e influencer, y en la otra, las tiendas online. Es como un mercado en el que, por un lado, las tiendas online quieren captar la atención, para lo cual trabajan en equipo, proponen páginas web y recomiendan a blogueros que opinan sobre esas páginas. Por otro lado, le brindamos la oportunidad a esos blogueros de ganar un dinero. Con la ayuda de unas 100 redes afiliadas, agrupamos a miles de tiendas online en nuestra interfaz.
Y ahora, ¿quiere internacionalizarse?
Ya somos internacionales. De hecho, ya es nuestro segundo aniversario y he comenzado a ampliar el negocio en Francia. Hasta ahora solo me atrevía a dar el paso en países donde nuestros mayores competidores no tuvieran presencia. Pero en 2016 me armé de valor para asaltar a los grandes en Reino Unido. Salió bien y ahora nuestra gran meta es EE.UU. En total ya estamos presentes en 40 países.
¿Es posible ocuparse del mercado estadounidense de manera electrónica o también se necesita personal in situ?
Estuve en Nueva York recientemente y por poco tiempo. Allí, un cliente potencial me preguntó "¿Por qué no tienen una oficina aquí?”, yo le respondí: "¿Quieres que pague 200.000 dólares anuales por una oficina en Nueva York o prefieres que te pague dinero a ti?” Es muy caro tener una oficina en Londres o Nueva York. Por suerte, nuestro negocio es digital y muchos aspectos funcionan a través de correos electrónicos, llamadas y Skype.
¿Cómo encuentra a sus trabajadores? Parece ser una ardua tarea, ¿verdad?
Es muy difícil. La mayoría de cosas las he logrado por mí misma. Mi jefe de ventas acababa de terminar la universidad y no tenía idea del negocio. Yo le enseñé. En un principio estábamos los dos solos con un programador. Desde el principio está conmigo y ahora es él quien enseña a los nuevos vendedores, como hice yo con él en su momento. Es decir, la búsqueda de trabajadores no es fácil. Cuando he buscado buenos programadores o vendedores en Berlín, no los he encontrado.
¿Dónde encuentra entonces a sus programadores?
A veces a través de contactos, de otros programadores conocidos. Realmente hay que tener cuidado de no ahuyentar a los buenos. Para los programadores es fundamental que en su puesto de trabajo dispongan de libertad para desarrollarse. Mis programadores valoran mucho ser libres para participar en nuestro producto y no ser simples robots que programen de forma automática, sino que realmente puedan ofrecer su contribución.
¿Alguna vez importó que fuera una mujer? ¿O ha sido algo irrelevante para el desarrollo de su empresa?
Estoy en un sector muy masculinizado. Esto se traduce en que me dicen: "Qué bueno lo que haces, más siendo mujer.” Es decir, que se recalca como si el ser mujer representara una limitación (risas). Simplemente me lo tomo con filosofía, asiento y doy las gracias. Pero también me parece estupendo cuando hay hombres, también de edad más avanzada, que dicen: "Me encanta su trabajo, hagamos algo juntos. Me gustaría que mi hija hiciera algo similar a lo que hace usted.” He tenido apoyo, también de las mujeres. Nunca me he sentido discriminada en sentido estricto. Está claro que al principio un poco, pero no sé si quizás no nos tomaban muy en serio porque todavía éramos una empresa relativamente pequeña. De todas formas, siempre he compensado rápidamente ese escollo con mi desparpajo.
¿Es importante para las mujeres emprendedoras tener ejemplos?
Sí, por supuesto. Yo trato de acudir a todos los eventos que puedo sobre mujeres emprendedoras para hablar con ellas, quitarles el miedo y darles consejos acerca de cómo mantenerse a flote cuando no se tiene dinero.
¿Las redes marcan la diferencia?
Contar con una lista sólida de contactos es crucial. Al principio dejé de lado ese aspecto por completo porque no me pareció relevante. Siempre pensé que eso era una absoluta pérdida de tiempo, pero ahora lamento no haber abordado ese punto antes.
Manuela Kasper-Claridge (PJ/ER)
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