El cómic tomó la Feria de Leipzig
18 de marzo de 2014Algunos especialistas sostienen que los precursores de las historietas japonesas contemporáneas son dibujos y caricaturas concebidos en la isla durante el siglo VIII de nuestra era. Pero los orígenes de la ilustración como recurso narrativo son mucho más remotos: los unos los trazan hasta las antiguas pinturas murales de Egipto y los relieves romanos; los otros, hasta las escenas de caza prehistóricas.
Sin embargo, fue apenas a principios de este milenio –en el año 2001– cuando ese lenguaje gráfico se abrió espacio en la Feria del Libro de Leipzig. Y tuvieron que pasar trece años más para que sus organizadores le dedicaran un salón y un programa especial a los acólitos del cómic y el manga. ¿El cómic y el manga? ¿Acaso no son lo mismo? En torno a esa pregunta gira un longevo debate.
Una brecha tangible
Y esa incógnita no se despejó en la más reciente Feria de Leipzig, celebrada entre el 13 y el 16 de marzo. Muchos sostienen que el atractivo de los mangas radica en su sobredosis de violencia y sexo explícito, y que su insistencia en estimular los bajos instintos del lector es lo que hace que los amantes del cómic miren al manga con desdén. Pero no todos están de acuerdo con ese prejuicio.
“El manga de corte erótico no acapara ni el cinco por ciento del mercado; ni siquiera en Japón”, aclara Kai-Steffen Schwarz, a cargo de los mangas de la editorial Carlsen. No obstante, la brecha entre los consumidores de cómics y los de mangas es tangible. De hecho, las casas especializadas en publicar cómics y mangas no expusieron juntas en el salón que la Feria de Leipzig les reservó.
Juntos, pero no revueltos
“27 por ciento de los visitantes de la Feria de Leipzig dicen interesarse por esos géneros. En honor a ese segmento de nuestro público organizamos por primera vez la Manga-Comic-Convention”, comentó Olvier Zille, director del evento. Aunque no cabe duda de que su intención era buena, casi todas las editoriales de cómics prefirieron exponer en otro salón, junto a las nacientes editoriales de literatura escrita.
Los entusiastas del cómic no desean que las obras de este género sean percibidas como piezas excepcionales en el mercado editorial. Al contrario, quienes publican cómics son vehementes al declarar que sus historias son dignas de ser consideradas literatura. Su argumento es que, cuando una obra tiene un alto valor estético, no importa si se narra con palabras, con ilustraciones o con ambas.
De la historieta humorística al libro-objeto
Los críticos del manga señalan que el cómic es un producto cultural de mayor calidad y que su público es más maduro. Es posible que los artífices de la Feria de Leipzig busquen reunir a los consumidores de cómics y de mangas en un solo espacio con la esperanza de que los últimos –la mayoría tiene entre 13 y 18 años de edad– se conviertan en lectores de cómics al hacerse adultos.
Por ahora, esa esperanza no se ha cumplido. Otra diferencia evidente entre los cómics y los mangas es que los primeros son más costosos. El mercado del cómic ha crecido considerablemente y el género se ha ido sofisticando sin pausa; dependiendo de la versión adquirida, algunas “novelas gráficas” no sólo constituyen una buena lectura, sino también una fuente de placer estético para la vista.
Autor: Dimo Riess (ERC)
Editor: Enrique López