¿Debe irse Blair?
22 de marzo de 2006
Tagesspiegel, de Berlín: "Durante años los británicos permitieron a Blair manipulaciones y escándalos pues confiaban en su fuerza para imponer reformas. Ahora se dan cuenta de que los éxitos logrados no corresponden al dinero invertido por los laboristas en el sistema. ¿Cuánto durará esta agonía? ¿Cuándo impondrá Gordon Brown un fin a este sufrimiento? Sólo se puede especular. Pocos son tan optimistas como el fiel ministro que indicó que `Gordon tratará de esperar el máximo tiempo posible para dejar que Tony se encargue de hacer el trabajo sucio´. Es de esperarse que la revuelta del partido se desate aún antes si es que el Partido Laborista registra un resultado miserable en las elecciones regionales en mayo próximo que podrían desatar el pánico. Blair podría haberse dado el lujo de un escándalo más, siempre y cuando estuviera camino del éxito, cosa que no sucede."
Blair debe pensar en dimitir
Daily Telegraph, de Londres."El escándalo de los créditos secretos ha socavado la credibilidad del primer ministro Tony Blair y ha dado la estocada al poco decoro que le restaba. Lo que es peor: el apoyo del partido se reduce en todos los ámbitos. Miembros experimentados de la cámara alta y baja se han sumado a las acusaciones del tesorero Jack Dromey, al expresar públicamente su enojo por lo que ha hecho Blair con las finanzas del partido.
Por lo general se presiona a los jefes de partido a abandonar sus puestos cuando sus miembros están convencidos de que se han convertido en un lastre y que podrían perder las siguientes elecciones. Blair dijo que no volverá a postularse para las elecciones. Ahora tiene que analizar si mantenerse en su cargo reduce las oportunidades de su sucesor para que los los laboristas logren un cuarto periodo en el gobierno."
¿Debe irse Blair?
La Vanguardia, de España: "Es posible que tanto Jacques Chirac como George W. Bush envidien secretamente a Tony Blair por la capacidad constitucional que asiste al premier británico de transferir la primera magistratura a un correligionario -en este caso, a su ministro de Finanzas, Gordon Brown- sin tener que disolver el Parlamento ni provocar una crisis política de considerables proporciones. En realidad, ese relevo se ha anunciado desde hace tanto tiempo que es muy posible que, cuando finalmente se produzca, ni la City ni la libra esterlina experimenten tensión alguna. En los últimos días han arreciado los rumores sobre una próxima dimisión del político laborista de más éxito en la historia de ese partido; ahí son nada tres mayorías absolutas consecutivas. (…) En realidad, los fenómenos que han propiciado las recomendaciones de dimisión -que haya sacado sus reformas educativas gracias a los votos de la oposición conservadora y un escándalo de financiación heterodoxa, que no ilegal, del partido- palidecen al lado del motivo de fondo del divorcio de Blair con las bases tradicionales del partido, que no es otro que la participación británica en la intervención armada en Iraq. Dichos colectivos reconocen que el inquilino del 10 de Downing Street ha sido y probablemente sigue siendo su principal activo electoral, pero no le perdonan que fuera a la guerra sobre la base, si no de una mentira, sí de una evidente exageración."