Del Caribe a Colonia

En estos días de primavera, en los que la nieve se derrite, el sol se vuelve a asomar en el cielo y los pájaros empiezan a cantar, Luis Rodríguez se pone día a día más contento. Para el venezolano de 25 años, acostumbrado al calor tropical, el duro invierno fue un choque: “Pararse por la mañana en la oscuridad, ir con 10 grados bajo cero en bici a la escuela de idiomas y volver por la tarde después del anochecer – ¡qué horrible!”, exclama Luis y se pone a reír. Como típico venezolano, lo toma con humor.

Pero el clima noreuropeo no fue un aspecto que le motivó a estudiar en Alemania; había otras razones: “Las universidades alemanas tienen muy alto nivel y las posibilidades que brindan a los estudiantes son muy atractivas”, dice Luis y agrega: “También fue un incentivo la variedad en los tipos de universidades, que se basan sobre todo en la parte práctica. De esta forma, a la hora de ir al campo de trabajo se ha obtenido cierta experiencia.”

Preparaciones infinitas

Experiencia en el campo de la ingeniería también obtuvo en su país natal. Después de hacer una formación profesional en la empresa petrolera PDVSA y otros estudios, estudió tres semestres de ingeniería eléctrica. En Alemania ahora le toca empezar de nuevo con esa carrera.

El Estado alemán exige a estudiantes de algunos países haber terminado cierto número de semestres para empezar desde cero en Alemania. “Hay miles de aspectos en los que hay que pensar antes de solicitar el visado para estudiar en Alemania”, dice Luis aludiendo a los muchos requísitos que uno tiene que tomar en cuenta para planificar los estudios en Alemania.

“Todo tiene que estar muy bien preparado y bien pensado”, agrega. Desde los conocimientos básicos del alemán que uno debería tener antes de hacer cursos avanzados del idioma, las traducciones de los documentos más importantes, las condiciones para entrar a la universidad, hasta la financiación de los estudios.

En el primer momento parece haber “miles de obstáculos imposibles de superar”, concede el venezolano, “pero poco a poco las cosas avanzan”. En el caso especial de Luis Rodríguez el camino a Alemania fue una odisea, hubo problemas para conseguir documentos, las autoridades se tardaron en responder a las respectivas solicitudes y en la comunicación con la embajada alemana se crearon malentendimientos.

“Tuve mala suerte, pero no creo que sea siempre así. De otros compañeros escuché que les fue muy bien en todo el proceso”, enfatiza Luis.

Las metas alcanzadas

Ahora Luis ya tiene ocho meses en Alemania y está inscrito en la escuela técnica superior de Colonia, donde aspira empezar su carrera en octubre. La “Fachhochsschule Köln” ofrece cursos de alemán avanzado que culminan en la prueba de alemán “DSH”, que da derecho a estudiar en todas las universidades alemanas.

¿Y cómo le parece la vida de los estudiantes en Alemania? “Chévere, la vida de los estudiantes es muy libre, pero también hay que dedicarse mucho a los estudios”, dice Luis. “Por todos los esfuerzos que tuve que hacer, al final valió la pena. Las metas que me puse ya casi las he logrado”, concluye. Se monta en su bici y bajo el sol de la tarde se va con una sonrisa en la cara.

Autora: Lisbeth Müller-Hofstede

Editor: Enrique López