¿Denuncias a prueba de censura?
24 de noviembre de 2009Los documentos que suelen llevar etiquetas como "secreto de Estado" o "secreto corporativo" tienden a ser tema tabú para la esfera pública. Aquel que se atreva a ponerlos en manos de la prensa seguramente tendrá problemas con la Fiscalía; pero, a veces, aquello que se mantiene oculto es un secreto porque se trata de algo ilegal o, por lo menos, poco ético.
Para fomentar la denuncia del comportamiento corrupto en el seno de los Gobiernos del mundo o en consorcios multinacionales, varios entusiastas de Internet crearon en 2007 la página web "Wikileaks", una plataforma en donde es posible publicar documentos confidenciales comprometedores de manera anónima. Sus artífices la definen como una versión no censurable de Wikipedia.
Contra la corrupción desde la red
El término "leak" alude en inglés a la publicación de información no concebida para ser dada a conocer ampliamente; su equivalente en español es "fugas". De ahí el nombre de Wikileaks, un sitio de Internet abierto en el que cualquiera puede sacar a la luz documentos que contienen evidencias de hechos ilegales. La única condición para hacerlo: que sean documentos verdaderos. Hoy día, 1.200 personas a escala mundial participan en el proyecto. Periodistas, defensores de los derechos humanos e ingenieros informáticos, entre otros profesionales.
A ellos los une la aspiración de poder hacer algo concreto en contra de la corrupción ejercida en el marco de las instituciones estatales y las organizaciones privadas. En realidad, se supone que esa es la función de los medios, pero no es un secreto que en muchas redacciones escasean los recursos que se necesitan para realizar un periodismo investigativo riguroso.
El criterio de la autenticidad
"La idea surgió tras percibir hasta qué punto el periodismo investigativo se haya amenazado. Cada día hay más reportajes superficiales sobre temas del ámbito del entretenimiento y la cultura pop, y esas son cosas que nos distraen de lo que es realmente importante", afirma Daniel Schmitt, quien coordina la página web Wikileaks en Alemania.
Para asegurarse de que los documentos que reciben son auténticos, el equipo de Wikileaks ha desarrollado diferentes mecanismos. Los expertos en Informática comprueban si el material recibido ha sido manipulado usando recursos tecnológicos. Luego, quienes verifican los contenidos establecen contacto con especialistas en la materia respectiva. Sin embargo, el proyecto Wikileaks sigue despertando escepticismo.
¿Nuevo nuevo periodismo?
"Es una fuente que uno puede mirar, pero no sé hasta qué punto nos ayuda verdaderamente. A veces uno no puede reconocer lo que es auténtico y lo que es una falsificación. Además, los documentos expuestos en esa plataforma nos dan, cuando mucho, un punto de partida para realizar una investigación más completa. Nada más", afirma Hans Leyendecker, periodista investigativo del diario alemán Süddeutsche Zeitung.
Según los creadores de Wikileaks, en este momento hay 1,2 millones de documentos en la página. Los informantes son numerosos precisamente porque tiene la posibilidad de permanecer anónimos. Antes de que la información llegue a la página web, el equipo que la administra la hace circular por servidores ubicados en naciones con un sólido récord en la defensa del derecho a la información. Si alguien entabla una demanda en contra de Wikileaks, se activan los derechos de prensa vigentes en países como Suecia o Estados Unidos.
Denuncias desde el anonimato
La mayoría de los trabajadores de Wikileaks permanecen en el anonimato. Daniel Schmidt, quien en realidad tiene otro nombre, es el único en Alemania que se atreve a dar la cara en público. El que destapa casos escandalosos vive peligrosamente: "Cuando me despierto por las mañanas, sé que durante el día voy a hacer algo que va a ayudar a alguna persona en el mundo, ayudarla a echar hacia delante", asegura Schmidt.
Autor: Manfred Götzke / Evan Romero-Castillo
Editora: Emilia Rojas Sasse