¿Fórmula contra el desempleo juvenil?
1 de mayo de 2012El hecho de que la cuota de desempleo entre los jóvenes esté por encima de la tasa general de desempleo en casi todos los países no debería extrañar a nadie. Lo que llama la atención es que ese margen varíe tanto de una nación a otra: en España, por ejemplo, el número de jóvenes sin puestos de trabajo siempre ha sido muy alto, pero, tras el estallido de la crisis financiera global, el desempleo juvenil ha arribado al 40 por ciento; una cifra espeluznante. Mientras tanto, sólo el 10 por ciento de los jóvenes en Alemania se hallan en paro.
Otro aspecto sobresaliente de este fenómeno es que las cuotas de desempleo juvenil son particularmente altas en países con un mercado laboral fuertemente regulado. Aquellas legislaciones que dificultan considerablemente el despido de empleados dificultan también la entrada de una nueva generación de profesionales al mercado del trabajo. De ahí que quepa preguntar, ¿cómo es que Alemania tiene una tasa de desempleo juvenil tan baja, si su mercado laboral está tan regulado?
El sistema de formación profesional dual
La respuesta: su sistema de formación profesional dual. Sólo Austria y Suiza tienen un sistema como el de Alemania, en donde más de la mitad de los integrantes de una promoción egresan de sus respectivos centros de adiestramiento con aptitudes que, en otros países, sólo obtendrían tras visitar escuelas técnicas especializadas. Este sistema procura que sus ofertas atiendan también a las necesidades del mercado laboral y se asegura de que sus estándares de calificación sean confiables.
Además, la formación profesional alemana incluye un período de pasantías que le permite a los empleadores y a los aspirantes familiarizarse los unos con los otros; al final del proceso, las empresas saben qué talentos y qué potencial de desarrollo traen consigo los jóvenes, y el riesgo de una contratación a ciegas se reduce notablemente. Este sistema funciona tan bien en Alemania que sus niveles de desempleo juvenil son menores que los de países con mercados laborales poco regulados, como Gran Bretaña, por ejemplo.
Una simbiósis efectiva
En Alemania, la regulación del mercado laboral y la formación profesional dual se han complementado de una manera muy productiva; sin la última, es muy probable que el desempleo juvenil fuera tan marcado en territorio germano como lo es actualmente en Francia e Italia. No obstante, este modelo es difícil de exportar por los costos que trae consigo la preparación de los nuevos profesionales; los empresarios de países con un mercado de trabajo muy regulado lo pensarían dos y más veces antes de aplicarlo a gran escala.
Curiosamente, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) le atribuye al Estado alemán niveles de inversión muy bajos en el ámbito de la educación; a Alemania se le critica el estarse quedando atrás en lo que respecta a la formación de profesionales altamente calificados. Esas acusaciones se basan en la cifra anual de nuevos egresados de universidades y escuelas técnicas superiores, así como en la porción del Producto Interno Bruto invertido en el sistema educativo.
Lo que muchos no consideran es el peligro que representa el hecho de que la formación profesional de los jóvenes se desarrolle sistemáticamente sin atender las necesidades del mercado laboral. Además, una parte considerable de lo que el Estado invierte en educación en otros países equivale a los costos pagados por las empresas alemanas para formar profesionalmente a los trabajadores del futuro; costos que no son contemplados en cálculos como los hechos por la OCDE.
Hilmar Schneider es director del departamento de Políticas para el Mercado Laboral del Instituto para la Investigación del Futuro del Trabajo (IZA, sus siglas en alemán).
Autores: Hilmar Schneider (ERC)
Editor: José Ospina Valencia