Dimite secretario general CDU tras escándalo cobro de bonos
22 de diciembre de 2004Meyer dijo a la prensa que había comunicado su decisión a la presidenta del partido, Angela Merkel, porque se había dado cuenta que en estos momentos su trabajo “daña más que sirve al partido”. El político dijo haber tomado la decisión “sin ira alguna” y después de haber analizado “qué puede servir al partido y a Merkel” y qué podía cargar el mismo.
El secretario general llevaba algunos días en la cuerda floja después de descubrirse que tras haber sido nombrado secretario general en noviembre de 2000 percibió durante cinco meses salario y bonificaciones de su anterior patrón, el grupo energético RWE. Según reconoció el propio Meyer la semana pasada, el monto ascendió a unos 59.000 euros.
Sospecha de fraude y corrupción
Este lunes Meyer admitió que además había recibido 127.822 euros tras dejar en 1999 su puesto de directivo en RWE para ocupar el puesto de jefe de grupo parlamentario de la CDU en Renania del Norte-Westfalia. Sin embargo, tras perder las elecciones y regresar a la compañía pocos meses después, no lo había devuelto. Meyer quiso dar por zanjado el asunto con esta confesión y con el anuncio de que tenía previsto donar parte del dinero a aldeas infantiles porque había “comprendido” que “a la luz de los problemas de mucha gente en estos tiempos” puede no entenderse que hubiese aceptado ese dinero.
Meyer no logró recuperar la confianza de los barones del partido y de una gran parte de la opinión pública, que consideró su conducta poco ética. En los últimos dos días el secretario general no había conseguido salir de los titulares y este martes 21 incluso la fiscalía de Essen, en Renania del Norte Westfalia, anunció la apertura de diligencias contra Meyer por sospecha de fraude y corrupción.
Angela “Maggie” Merkel
El sucesor de Meyer en la secretaría general del primer partido de la oposición alemana será el actual secretario de organización del grupo parlamentario, Volker Kauder. Las revelaciones respecto a Meyer, de quien se ha exigido la dimisión desde sus propias filas, han añadido virulencia a la crisis latente de esa formación y minado de nuevo el liderazgo de Merkel.
En un principio, Merkel había dado por buenas las explicaciones de Meyer. En los medios alemanes se había especulado que la sorprendente indulgencia de Merkel se debía a su temor de aparecer como una “Margaret Thatcher” que liquida uno tras otro a los líderes masculinos de su propio partido. Entre sus últimas victimas se encuentran personajes tan consagrados como el antiguo jefe del partido, Wolfgang Schäuble, el antiguo ministro de sanidad, Horst Seehofer, y el antiguo jefe del grupo parlamentario Friedrich Merz.