Divergencia de opiniones entre Jerusalén y Washington
13 de abril de 2005
El diario vienés Der Standard comenta: “El mensaje de Estados Unidos puede ser entendido de esta manera: nosotros nos encargamos de que Siria salga del juego regional; nosotros nos ocuparemos, de una u otra manera, de que Irán renuncie a la opción atómica. Pero, nosotros esperamos algo de ustedes, israelíes. Qué exactamente es lo que quiere Estados Unidos y cuánto valor le concede, eso no lo sabe nadie hasta ahora, quizá ni el mismo Bush. La política de Cercano Oriente de Bush II sigue siendo vaga”.
El Neue Zürcher Zeitung, periódico de Zúrich, anota: "Bush y Sharon confirman en Crawford, una vez más, su compromiso fundamental con la Hoja de Ruta: aquel plan diseñado por Estados Unidos, Rusia, la ONU y la Unión Europa, que por etapas conduciría a una definitiva solución pacífica del conflicto entre Israel y los palestinos. Ambos aceptaron, básicamente, el plan. Entretanto, las declaraciones de adhesión a la Hoja de Ruta suenan a una hueca letanía, pues el plan sigue sin ser precisado. Por lo menos podría dejarse en claro que los plazos estipulados en él no van a ser cumplidos. Aquello de que en el año 2005 se va lograr una definitiva regulación del conflicto, suena hoy a un codiciado sueño, ajeno a la realidad”.
La Repubblica, rotativo de Roma, escribe: “Los colaboradores de Ariel Sharon intentaron, después de la reunión, ofrecer una interpretación “suave” de la divergencia de opiniones entre Jerusalén y Washington. Durante el encuentro con el primer ministro israelí en su rancho de Crawford-Texas, Bush hizo referencia, sobre todo, al plan israelí de ampliar los asentamientos cercanos a Jerusalén, algo contra lo que luchan los palestinos, pues dichos asentamientos se encontrarían en Cisjordania y bloquearían el acceso a Jerusalén. Pero Sharon rechazó la indicación de Bush, y con ello puso de manifiesto la rigidez de las posturas de ambos aliados”.
El Thüringische Landeszeitung, de Weimar, opina: "El presidente estadounidense quiere hacer historia con su doble estrategia. Por un lado, le cubre las espaldas al primer ministro israelí. Por otro, y más decidido que nunca, actúa a favor de que los palestinos logren su Estado, sin el cual toda opción en Cercano Oriente está condenada a muerte. Por ello, George Bush apoya el plan de retiro de Ariel Sharon. Sin embargo, Israel no acaba de archivar su idea de separar el este de Jerusalén de Cisjordania con asentamientos . Ello sigue siendo uno de los grandes imponderables para la política norteamericana en Cercano Oriente”.