dOCUMENTA (13) es femenina
9 de junio de 2012Durante cinco minutos, una mujer rubia se sienta ante un micrófono sin pronunciar una sola palabra. En lugar de ello, se muerde sin cesar las uñas y deja que los altavoces amplifiquen el desagradable chasquido que su acción produce.
Así comienza la décimo tercera edición de la exposición de arte Documenta, con la performance de la artista Ceal Floyer. Banal, sí. Pero es arte conceptual con una sencilla puesta en escena. El estreno de la obra Nail Biting (Mordida de uñas) tuvo lugar en el Auditorio de Birmingham en 2011. Ahora se “interpreta” en el Teatro Estatal de Kassel.
Mujeres artistas
Nunca hasta esta edición había habido tantas participantes femeninas en la Documenta. Y eso que la comisaria de la exposición, Carolyn Christov-Bakargiev, estadounidense de ascendencia búlgara y afincada en Italia, es la segunda mujer que dirige este evento en su historia.
Christov-Bakargiev presenta las obras de mujeres junto a las de hombres con tanta naturalidad, que nadie sospecha que detrás de todo ello exista la intención explícita de observar una cuota femenina. Sin organizar ningún revuelo al respecto, la comisaria trata todas las obras por igual, dotándolas sobre todo de aire y luz, para que desplieguen toda su energía interior.
Exposiciones dentro de la exposición
La italiana Anna Maria Maiolino ha podido distribuir su instalación sonora, que recuerda tanto a salchichas, como a huevos, queso Gouda e incluso a organismos unicelulares, por toda la antigua casa jardín de Karlsaue, el parque del palacio de Kassel. Los objetos que configuran esta obra están expuestos sobre sillones, camas, armarios, generando una atmósfera tan frágil como angustiosa.
En un invernadero situado a tiro de piedra, Thea Djordjadze, artista de Georgia afincada en Berlín, ha logrado una arquitectura singular. El visitante se siente desprotegido en el espacio de cristal en el que los objetos están colocados de manera tal, que recuerdan a una vivienda: un mueble con una cortinilla, el recubrimiento de una silla de plástico…En el suelo hay pequeños invernaderos en los que no crece nada. Uno de los lemas que preside dOCUMENTA (13) es “Colapso y reconstrucción”. Thea Djordjadze genera con su obra una sensación de incertidumbre que oscila entre ambos estados.
Honor tardío
Numerosas artistas reciben reconocimiento de forma póstuma en dOCUMENTA (13). “Mujeres modernistas” llama Christov-Bakargiev a esta iniciativa con la que pretende atraer la atención hacia artistas mujeres incomprendidas. Hanna Ryggen ocupa un lugar especial en el apartado “El cerebro”, que se exhibe en el Museo Fridericianum, el corazón de la exposición.
En el lugar en el que Joseph Beuys presentara en su día su conocida obra Bomba de miel, el visitante saborea los entresijos de dOCUMENTA (13) y las ideas de su directora artística. Allí dialogan las obras de arte antiguas con las recién salidas del taller. Hanna Ryggen vivió en Noruega. Como artista y como comunista, no aceptaba las desigualdades entre los hombres. En sus tapices tejió el horror de la Historia, como, por ejemplo, la entrada de Mussolini en Etiopía en 1935/36.
Obras insondables y hermosas
Resulta conmovedora la serie de ilustraciones con técnica guasch de Charlotte Solomon titulada ¿Vida? ¿O teatro? Esta artista judía fue asesinada en Auschwitz a los 26 años de edad. Estaba embarazada de cinco meses. En una vitrina se pueden ver los textos de una obra de teatro con música que reflejaba su vida: abusos sexuales, el suicidio de su tía, el ascenso del fascismo en Alemania…Estas obras desesperadas son intentos de comprender el mundo por medio del arte.
La obra Las princesas bactrianas remite a una historia mucho más lejana. Las ocho figuras datan del segundo o tercer milenio antes de Cristo, concretamente de la zona hoy conocida como Afganistán. Las princesas bactrianas están elaboradas de forma preciosa y detallada. Son de una belleza atemporal e irradian una especie de inaprensible superioridad. Desde su posición sedente parecen estar unidas para siempre las unas a las otras, como si se tratara de una eterna unidad.
Para no perdérselo
Todos los participantes en dOCUMENTA (13) han visitado Breitenau. Este antiguo monasterio benedictino fue utilizado desde 1874 como centro de trabajo similar a una cárcel y entre 1933 y 1945 fue campo de concentración. Allí muestra la berlinesa Judith Hopf sus trabajos. Sus esculturas parecidas a máscaras remiten a su perplejidad a la hora de entender la historia de este lugar de horror.
La riqueza de contenidos de las obras de dOCUMENTA (13) ofrece perspectivas globales. Son políticas sin señalar a nadie con el dedo. Miran hacia el futuro. ¿Qué más se puede pedir de una exposición? Quien tenga la posibilidad, que se mude a Kassel durante los próximos 100 días. Así no se perderá nada de este deslumbrante evento internacional.
Autora: Sabine Oelze/MS
Editora: Emilia Rojas