Transplantes: un nuevo corazón a pesar del coronavirus
5 de junio de 2020Más de 9.000 personas esperan en Alemania la donación de un órgano. Según la Central de Información Sanitaria, en este país 932 personas donaron sus órganos en 2019. La demanda de órganos vitales, como riñones, corazones y pulmones, es claramente mayor que la oferta, y eso ya era así antes de la pandemia de coronavirus.
La voluntad de donar órganos aumentó otra vez en Alemania desde su peor caída, en 2017. Eso se debió a que el tema tuvo en 2019 gran repercusión mediática, cuando el intento de lograr la reforma de la Ley de Donación de Órganos fracasó. Es decir, que puede ser también que desde entonces haya más personas que posean una tarjeta de identificación de donación de órganos. Por cada millón de habitantes hubo, en 2019, solo 11,5 transplantes.
La buena noticia es que COVID-19 no ha disminuido esas cifras, al menos no en Alemania. "En marzo y abril de 2020, las donaciones de órganos no disminuyeron tanto, en comparación con 2019", informa la Fundación Alemana de Transplantes de Órganos (DSO, por sus siglas en alemán).
Sistema de salud estable, donaciones estables
"Al comienzo de la pandemia de coronavirus, la DSO implementó las normas correspondientes, de modo que los donantes potenciales pudieran ser testeados de inmediato", elogia Florian Grahammer, director del Centro Universitario de Transplantes de Hamburgo-Eppendorf (UKE). La DSO lleva a cabo la coordinación de las donaciones de órganos post mortem en toda Alemania.
En el UKE, los pacientes no solo son preparados para los transplantes de riñón, hígado y páncreas, sino que allí también se les brinda cuidados en el posoperatorio. Si bien la crisis del coronavirus no produjo un cuello de botella en las donaciones, el virus sí dejó huellas en la rutina hospitalaria.
"Cuando comenzó la pandemia, muchos pacientes tenían miedo, no venían al ambulatorio y cancelaban sus turnos médicos", cuenta Grahammer, médico internista. Las donaciones de donante vivo, como las de riñón, eran pospuestas. "Tratamos de seguir haciendo los transplantes, especialmente los de órganos de donantes fallecidos", dice. La mayoría de transplantes se realizan con órganos de donantes que han muerto, por lo cual se deben llevar a cabo con la mayor celeridad posible.
Pero no fueron solo los test de COVID-19 hechos a los donantes potenciales los que lograron mantener operativos los transplantes, sino también las condiciones estables del sistema sanitario alemán. En países cuyos hospitales colapsaron por las masas de pacientes de COVID-19, también cayó la cantidad de donantes. En Italia, por ejemplo, se produjo una disminución en las donaciones de órganos de un 30 por ciento. En España fue de más de un 50 por ciento.
Las personas que recibieron un órgano de manera urgente siguen estando en peligro por el coronavirus y pertenecen al grupo de riesgo. "En especial, en países en los que el sistema de salud está sobrepasado transitoriamente en ciertas regiones por el coronavirus, la mortalidad de los pacientes transplantados es más alta", informa la Asociación Alemana de Transplantes (DTG) en su página web.
¿Más transplantes por el coronavirus?
A más tardar desde el primer transplante de pulmón en Europa a una paciente enferma de COVID-19 en la Universidad de Medicina de Viena, surgió la pregunta de qué es lo que nos espera respecto de los transplantes y las donaciones de órganos.
Se ha constatado, a partir de obducciones y análisis, que el SARS-CoV-2 no solo produce una neumonía, sino que también ataca a órganos como el riñón, el corazón y el cerebro. En Alemania, más de 7.000 personas ya estaban en lista de espera para recibir un riñón antes de la pandemia. ¿Cuán larga será la lista de espera en los próximos meses y años?
Florian Grahammer solo puede, como tantos otros expertos, especular: "Aunque muchas personas tengan la impresión de que hace mucho tiempo que estamos ocupándonos del coronavirus, en realidad, estamos muy al inicio en cuanto a observaciones y estudios definitivos", explica. Es decir, que no es mucho lo que sabemos sobre la COVID-19 con exactitud.
Es de esperar que se produzca un incremento de la demanda de transplantes, ya que una infección con el nuevo coronavirus puede perjudicar a menudo el funcionamiento de algunos órganos. En el peor de los casos, la única solución es reemplazarlos.
Los preparativos para el peor de los escenarios no es fácil. Lo importante es, señala Grahammer, que se pueda garantizar el transporte de los órganos y que se proteja a los pacientes durante la pandemia. Y el SARS-CoV-2 no será el último virus que haga estragos. Además, el especialista espera que la donación de órganos consiga más repercusión positiva para que haya más donantes potenciales.
(cp/vt)
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