Dortmund vs. Bayern, ¿un clásico?
22 de noviembre de 2013Actualmente el Bayern lidera la clasificación del torneo del fútbol alemán, con cuatro puntos de ventaja sobre el Dortmund, que es segundo. Para los expertos, viendo el nivel de ambos clubes y la gran distancia que le han tomado cualitativamente a los demás, el próximo campeón de la Bundesliga dependerá del resultado que obtengan los dos equipos en su duelo directo este fin de semana.
Los argumentos de Lahm
Bayern y Dortmund completan ya cinco años trenzados en una lucha por el dominio del fútbol alemán y una posición de privilegio en el fútbol internacional. Durante ese tiempo los dos clubes han disputado entre sí todos los títulos importantes, tanto en su país (Bundesliga, Copa y Supercopa) como en Europa (Champions League en el 2013).
Las expectativas y emociones que despiertan sus partidos desbordan las fronteras, y en el resto del mundo se habla de ellos como el “Bundesclásico”, o “Gran clásico alemán”.
Pero esa denominación no satisface a todos. Philipp Lahm, capitán del Bayern y la selección alemana, es una de las voces más prominentes que se oponen a darle a este partido un significado más allá del que deportivamente posee en las actuales circunstancias.
“Dortmund es todavía muy pequeño”, dijo Lahm a la revista Sportbild y agregó que en España, por ejemplo, se habla del Clásico entre Real Madrid y Barcelona, por la tradición que el enfrentamiento posee.
Para que un partido contra el Dortmund merezca ser calificado como tal, “es necesario que ellos peleen contra nosotros por el título de la Bundesliga durante mucho más tiempo”, explicó el capitán del Bayern, quien recordó que los rivales del fin de semana apenas están en la cima del fútbol alemán desde el 2011, mientras que el club de Múnich, con cortas excepciones, está instalado allí arriba desde hace muchas décadas.
¿Cuándo es un clásico, clásico?
En el mundo del fútbol hay muchos partidos considerados clásicos, pero ninguna definición oficial de lo que es un clásico. En España está el Real Madrid – Barcelona; en Escocia el Rangers – Celtic; en Brasil el Flamengo – Fluminense; en Uruguay Peñarol – Nacional; Boca Juniors – River Plate en Argentina; América - Guadalajara en Mexico; Inter – AC Milán en Italia; Galatasaray – Fenerbahce de Turquía.
Cada país tiene por lo menos un clásico, un partido que enfrenta a dos clubes con dos aficiones antagónicas en su forma de ser y vivir, separadas por sus diferentes visiones religiosas, políticas, o sociales.
Cuando se habla de un clásico, la idea que todos comparten, en la que coincide la mayoría, es que se trata de un partido que expresa una rivalidad histórica, que tiene tradición, y que es independiente de la calidad del fútbol que practiquen los equipos al momento de jugar, o de si hay un título o un trofeo de por medio.
En muchos campeonatos alrededor del mundo, hay clubes cuyas aspiraciones al título son limitadas o inciertas; equipos para los que es más importante ganar sus clásicos que terminar la temporada en los lugares de vanguardia.
Se trata de partidos que arrastran consigo una gruesa enciclopedia que registra lo acontecido a lo largo de un siglo, como en el caso de los de Italia o Turquía.
El verdadero clásico alemán
En Alemania también hay uno de estos clásicos, y es protagonizado efectivamente por el Dortmund, pero el rival no es el Bayern, sino el Schalke. Las sedes de ambos clubes están separadas por escasos kilómetros, en ciudades vecinas del mismo estado, y con un trasfondo socio económico muy similar.
Aún así, desde las primeras décadas del siglo pasado, cuando los clubes fueron fundados, en la región o se es amarillo (Dortmund), o azul (Schalke). La rivalidad, que ya hace parte del folclor popular, se experimenta en la vida cotidiana, y los dos partidos al año entre ambos equipos son el acto culminante de cada temporada.
El enfrentamiento Dortmund – Bayern todavía tiene mucho camino por recorrer antes de poder ser considerado un clásico. Hoy por hoy es el partido más interesante y atractivo de la Bundesliga, pero para alcanzar en Alemania, y el resto del mundo, el estatus especial que se le quiere dar, es necesario que se llene de historia, y que ponga aún más de manifiesto el antagonismo de sus aficiones.
Las marcadas diferencias ya existen: de un lado el Bayern representando con su poder financiero el éxito del prospero sur de Alemania; del otro la creatividad del Dortmund para salir adelante con poco, una metáfora para su afición, parte de la clase obrera del deprimido occidente del país.