La memoria de Dresde
13 de febrero de 2012
El 13 de febrero de 1945, poco antes de las 22:00 hs., varios cientos de aviones bombarderos – la mayoría británicos- aparecieron sobrevolando el cielo de Dresde, la capital del Estado de Sajonia. Sólo les tomó 15 minutos convertir a casi tres cuartos del centro de esa ciudad en escombros. A ese bombardeo le siguió, poco más tarde, una segunda ola de ataques que desató un huracán de incendios, un infierno del que fueron víctima más de 20.000 personas.
Los historiadores discuten hasta el día de hoy sobre el sentido militar de la destrucción de Dresde, llamada también la “Florencia del Elba” por su arquitectura barroca. La destrucción de la capital de Sajonia fue, sin duda, un duro golpe para la Alemania nazi. Apenas tres meses más tarde, el régimen nacionalsocialista de Adolf Hitler declaraba su capitulación incondicional.
Tañido de campanas
Desde 1946, todos los 13 de febrero tañen las campanas de Dresde en homenaje a las víctimas del bombardeo. Pero desde 1998, una sombra color marrón se cierne sobre la memoria de ese día aciago. Desde entonces, la extrema derecha alemana lleva a cabo eventos en los que niega la responsabilidad de los alemanes en la destrucción de la ciudad y el Holocausto. Lo que comenzó con menos de cientos de participantes se ha transformado en una manifestación masiva. Casi 6.500 neonazis se manifestaron en los últimos años de lo que ellos llaman una “marcha del duelo” en el centro de la ciudad.
Los ciudadanos de Dresde y muchas otras personas oponen una resistencia cada vez mayor a fin de terminar de una vez con el fantasma de la extrema derecha, que reaparece con frecuencia. Alrededor de 15.000 personas participaron en 2011 de una cadena humana contra los neonazis. La alianza “Dresde libre de nazis” inició una exitosa sentada para bloquear la marcha de los neonazis durante la cual se produjeron violentas confrontaciones con la policía, que reprimió duramente a los manifestantes antinazis. Desde el punto de vista del Gobierno provincial, las sentadas contra manifestaciones autorizadas oficialmente son un delito.
El Consejo Central de los Judíos en Alemania apoya las sentadas
Como se supo más tarde, las fuerzas de seguridad presentes durante el bloqueo contra la marcha neonazi intervinieron las comunicaciones de más de un millón de teléfonos móviles de los participantes, la mayoría pacíficos, así como de habitantes de la zona que no habían tomado parte en las sentadas. Las autoridades del Estado de Sajonia se enfrentan desde entonces a la acusación de criminalizar a quienes están en contra de los neonazis. El secretario general del Consejo Central de los Judíos en Alemania, Stephan Kramer, habla de una “tergiversación de la situación legal” y de “estigmatización”, y toma partido abiertamente por las sentadas. También el presidente del Consejo Central de los Musulmanes en Alemania, Aiman Mayzek, apoya, según informa la alianza “Dresde libre de nazis”, esta forma de protesta.
Tres diputados turcos del Parlamento alemán redactaron una declaración de protesta conjunta. Sevim Dagdelen, del partido alemán La Izquierda, la socialdemócrata Aydan Özoguz y Memet Kilic, de Los Verdes, esperan, sobre todo, que se produzca una participación masiva de los inmigrantes en las protestas antinazis. Se planea la llegada a Dresde de gran número de manifestantes desde Berlín y de otros lugares del país. En comparación con otros ciudadanos, en Alemania los inmigrantes no participan tan asiduamente en las manifestaciones de protesta. Según Kilic, esto tiene que ver con que el derecho inmigratorio fue durante mucho tiempo muy restrictivo, dificultando y hasta impidiendo que los inmigrantes pudieran ejercer un compromiso político. Es por eso que muchos de ellos se sienten, de acuerdo con Kilic, utilizados por la política, más objetos que sujetos políticos. Pero “nos solidarizamos con la sociedad en la que vivimos y con nuestra Constitución”, subraya el diputado verde.
Llamada conjunta de las iglesias cristianas
También los obispos protestantes y católicos de Alemania han convocado a través de una declaración conjunta a sentar una clara señal contra la extrema derecha. En medio de la conmoción que produjo la serie de homicidios cometidos por la célula terrorista Nationalsozialistischer Untergrund (NSU, Clandestinidad Nacionalsocialista), este año es, de acuerdo con las autoridades eclesiásticas, “muy importante que la gran mayoría de la ciudadanía envíe un mensaje muy claro contra el terrorismo y la discriminación de todo tipo”. Sin embargo, no todos los representantes de las dos grandes iglesias cristianas apoyan la convocatoria a las sentadas.
A las manifestaciones en conmemoración del bombardeo de Dresde le seguirá, cinco días más tarde, el 18 de febrero, otra manifestación a la que ha convocado una alianza formada por partidos políticos, sindicatos y la iglesia. Bajo el lema de “Con valor, respeto y tolerancia: Dresde toma posición”, los participantes se opondrán a los neonazis. Pero no está claro que la extrema derecha aparezca en escena por estos días, ya que las manifestaciones anunciadas fueron canceladas oficialmente por sus organizadores.
¿Resignación entre neonazis?
Expertos en seguridad interpretan la retirada neonazi como una señal de resignación y de falta de unidad entre sus adeptos, que, luego de que se dieran a conocer los crímenes a inmigrantes se pusieron a la defensiva. Lo mismo vale para el Partido Nacionaldemócrata alemán (NPD), que cuenta con representantes en los Parlamentos de dos Estados alemanes, y sobre el cual se está llevando a cabo un intensivo debate acerca de su posible prohibición.
Autor: Marcel Fürstenau/ Cristina Papaleo
Editor: Enrique López