Ciudades sostenibles
21 de abril de 2010Cada vez más personas migran a las ciudades. La fuerza de atracción de economía, trabajo, más ingresos y una mejor infraestructura decidirán el futuro del planeta. Ya cada una de dos personas vive en la ciudad. Pero la mayoría creció sin estar armadas para este gran desafío del Siglo XXI.
Cambio climático, crecimiento de la población, daño al medio ambiente, escasez de agua: el crecimiento alborotado de las ciudades es causante de los problemas globales de hoy. Las emisiones de gas de efecto invernadero, que amenazan el clima mundial, provienen en un 80% de los núcleos económicos de las ciudades.
Planeta de ciudades
Ruud Schuthof del Consejo Internacional para iniciativas ambientales locales (ICLEI por sus siglas en inglés), gremio internacional para ciudades y municipios para desarrollo sostenible, opina que “hoy vivimos en un planeta de ciudades, en las que se consume el 70% de la energía global. A esto se suma que el 80% de las emisiones de CO2 a nivel mundial es generado en las ciudades”.
Schuthof es asesor político del Secretario General del ICLEI, Konrad Otto-Zimmermann. Este gremio comunitario internacional, creado en 1990, está presente en todos los continentes. Sus miembros son más de 1.100 ciudades y municipalidades, que trabajan a nivel mundial por un desarrollo sostenible y amigable con el medio ambiente. “Si queremos solventar los problemas globales, debemos incluir a las ciudades en la solución”, dice el consultor.
De acuerdo con Schuthof, “debemos revisar cómo superamos el crecimiento de las ciudades, aunque éste también tiene aspectos positivos. Las urbes son centros de la economía global, por lo que también pueden convertirse en focos de una economía verde local”. Su visión es que una economía verde, que ahorre recursos, y que trabaje justamente en lo social y ambiental.
Estocolmo: la capital verde de Europa
Lo anterior no es ninguna utopia, como lo demuestra Estocolmo, la capital de Suecia. Mientras que en Alemania se generan al año casi diez toneladas de CO2 por persona (en Estados Unidos y Australia es casi el doble), el distrito de Hammarby Sjöstad en Estocolmo produce solamente 2,5 a 3 toneladas per cápita al año.
Gracias a una infraestructura verde, que al mismo tiempo creó nuevos puestos de trabajo, se reciclan aguas residuales y desechos. También se reducen las emisiones de dióxido de carbono. “En Högdalen utilizamos los desechos domésticos de Estocolmo y otros municipios aledaños. Quemamos 500.000 toneladas de basura, que reutilizamos para nuestra central de calefacción”, indica Jens Bjöörn, portavoz de la empresa de energía Fortum. “Esta es la razón por la cual Estocolmo fue nombrada como la capital verde de Europa en el 2010. Encontramos una solución para los desechos de los hogares, que transformamos en una muy efectiva y ecológica forma de energía”, concluye el vocero de esta compañía.
Estocolmo es una de las ciudades que ha crecido a través de los siglos. Con esto muestra que una preparación sostenible de la infraestructura es posible sin afectar la calidad de vida de los ciudadanos.
Más calidad de vida para ciudades
Para Ruud Schuthof de ICLEI, el gremio mundial de municipios sostenibles y amigables con el medio ambiente, este tipo de iniciativas son ejemplarizantes. Hoy en día, más de un billón de personas vive en barrios marginales, sin acceso a agua potable, alcantarillado y viviendas deplorables. Las ciudades deben reensamblarse para al mismo tiempo mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
“Debemos encontrar soluciones para darle a las ciudades más calidad de vida, en el sentido de seguridad y salud. Los barrios más pobres en muchos países en desarrollo son también incubadoras de epidemias y pandemias. Pero esto lo vemos en todas partes, como sucedió con la gripa porcina”, puntualiza Schuthof.
Autora: Helle Jeppesen / Cristina Mendoza Weber
Editor: José Ospina Valencia