Ecuador: los cien días de Moreno
30 de agosto de 2017El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, completa sus 100 primeros días de Gobierno en medio de discrepancias con su antecesor, Rafael Correa, de alertas sobre la situación económica, de promesas de lucha contra la corrupción y de apertura a un diálogo incluso con los críticos de la Revolución Ciudadana.
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Los completa, además, en luna de miel con una población que, según todas las encuestas, lo respalda en alrededor de un 80 por ciento, con el aplauso casi unánime de la prensa y con la confusión de los opositores de derecha, que parecen descolocados en la coyuntura.
"Estamos en un momento de transición, que no es solo la salida de un Gobierno, sino la salida de un líder con un presencia muy fuerte, que marcó un antes y un después", dice la analista Paulina Recalde, de la consultora Perfiles de Opinión, en referencia a Correa, quien con su Revolución Ciudadana configuró nuevos parámetros.
Moreno, que llegó al poder de la mano de Correa, su compañero en el partido Alianza País (AP) y de quien fue vicepresidente de 2007 a 2013, ha usado la primera parte de su gestión para deslindarse de su antecesor en tres aspectos: la relación con las demás fuerzas, la lectura del momento económico y la lucha contra la corrupción.
Confrontación vs. consenso
"Correa entiende la política como confrontación y Moreno es la exaltación del consenso", resume Recalde. El exmandatario excluyó del proceso a las que consideraba fuerzas reaccionarias y fácticas, pero también les cerró las puertas a las organizaciones populares, hacia las que, según la analista, "siempre tuvo sospechas".
El nuevo presidente desató la furia de su exaliado al convocar al diálogo a esos adversarios excluidos. En el nuevo gabinete confluyen miembros de la vieja izquierda con personajes de la empresa privada, con líderes indigenistas y con dirigentes de aparición reciente, sin que falten quienes siempre fueron percibidos como "correístas".
En lo económico, Moreno ha llegado a tildar de "irresponsable" el manejo y ha denunciado maquillaje de cifras, con lo que ha colocado sobre la mesa algo que ya había sido motivo de debate en la campaña: ¿cuál es la verdadera situación? ¿Hay motivos reales de alarma?
Correa, economista, responde desde Bélgica, donde reside, poniendo en duda los conocimientos de su sucesor en el tema e insistiendo en que dejó "la mesa servida". Por lo pronto, el debate se queda en las palabras, porque Moreno anuncia que las primeras medidas económicas llegarán en septiembre y aún no se sabe qué sabor tendrán.
Para Recalde, del contenido de esas medidas dependerá en buena parte el apoyo para Moreno. Un ajuste duro podría sonar a "traición". El clamor popular es por empleo, pero sin cortar lo avanzado.
"Si las cosas van por buen camino, a la población no le importará lo que se diga desde Bruselas", anticipa Recalde.
Moreno, tajante con la corrupción
En el otro frente, la corrupción, Moreno ha sido tajante. En cuanto se enteró de que su vicepresidente, Jorge Glas -quien también lo fue de Correa-, podría estar involucrado en el caso Odebrecht, lo apartó con malas maneras y creó condiciones para llevarlo ante la Justicia, mientras el exmandatario persistía en defenderlo.
Para Recalde, es muy pronto para saber si Moreno tendrá la capacidad política de Correa. Ahora es popular, pero construir un liderazgo es complejo, advierte. Y tiene como medida a una Revolución Ciudadana que dejó cosas valoradas por la mayoría, como el ensanchamiento de la clase media, la recuperación de la soberanía, el fortalecimiento del Estado y la dotación de infraestructura.
Autor: Gonzalo Ruiz Tovar (VT)