Efervescencia en el área de la salud
4 de diciembre de 2006No sólo médicos, sino también farmacéuticos y empleados de hospitales se plegaron a la protesta convocada por más de 40 asociaciones del sector de la salud en Alemania. Según el Colegio Médico, casi un tercio de las 118 consultas del país mantuvieron cerradas sus puertas. Cientos de miles fueron las personas que hicieron esta vez causa común para protestar contra los planes de reformar el sistema de salud, superando incluso las expectativas de los organizadores, que se mostraron sorprendidos por las dimensiones que alcanzó la movilización.
Interpretaciones antagónicas
"Paciente en apuros" fue el lema de la jornada con la que médicos y demás trabajadores de la salud manifestaron su rechazo al proyecto gubernamental. En su opinión, los cambios planeados sólo traerán perjuicios y llevarán a cerrar consultas médicas y hospitales, afectando negativamente a los pacientes y generando una atención de "dos clases".
La réplica de las autoridades no se hizo esperar. Sin disimular su molestia, la ministra alemana de Salud, Ulla Schmidt (socialdemócrata) acusó a los impulsores de la protesta de librar una batalla por sus propios intereses económicos, a costa de los pacientes. A su juicio, lo que intentan es recibir más dinero o impedir que se ahorre. "Esta jornada de protesta de seguro no fue concebida para los enfermos", afirmó la ministra, reprochando a su vez que el sector no haya hecho propuestas para conseguir ahorrar lo necesario de modo que el sistema pueda mantenerse sin colapsar.
Cambios estructurales
Las autoridades dicen estar dispuestas a negociar aspectos puntuales de la reforma proyectada, pero no sus pilares estructurales. Tampoco los médicos y trabajadores del sector sanitario creen realmente que haya posibilidades de abortarla, pero confían en poder atenuar al menos sus efectos, según señalaron portavoces del área.
Entre los puntos centrales de la reforma se cuenta la creación de un fondo de salud, financiado con las erogaciones de empresas y trabajadores, más un aporte de las arcas fiscales, que comenzaría a funcionar a partir del año 2009. Además, se contemplan cambios en el modo de pago a los médicos que trabajan con las cajas de previsión de salud y mecanismos para dar más transparencia a las cuentas de los facultativos. Al mismo tiempo, se prevé que las cajas puedan negociar precios con la industria farmacéutica. Por supuesto, también los pacientes tendrán que apretarse el cinturón y, de ser necesario, efectuar pagos extras cuando las cajas agoten sus fondos, sin bien con topes máximos establecidos para resguardar a las personas de escasos recursos. Estos son sólo algunos de los aspectos de la reforma, que probablemente seguirá provocando efervescencia hasta que llegue a materializarse.