El burkini desata polémica en Alemania
12 de septiembre de 2013El burkini, un traje de baño que cubre todo el cuerpo, está de moda entre las musulmanas ortodoxas. “Me gustaría nadar, pero solo con niñas”, había decidido una alumna musulmana de una escuela de Fráncfort hace dos años, porque su religión supuestamente le prohíbe mostrarse en traje de baño en la presencia de hombres jóvenes o adultos.
Además, añadió que no podía y no quería ver a sus compañeros de clase con el torso desnudo. La joven, que en aquel entonces tenía 11 años, también se rehusó a usar un burkini. Desde entonces la justicia alemana se ha ocupado del caso.
Clases de natación, “pero solo con niñas”
Los padres de la alumna de origen marroquí solicitaron que se le eximiera de las clases de natación mixta apelando a la libertad religiosa. Cuando la escuela rechazó la solicitud, los padres presentaron una denuncia ante el Tribunal Superior Administrativo de Fráncfort y de Kassel.
Ambos decidieron que la niña podía acudir a las clases de natación con un burkini. Este miércoles (11.09.2013), el Tribunal Superior Administrativo de Leipzig emitió el fallo final en el proceso de revisión.
El Consejo Central de los Musulmanes en Alemania se pronuncia a favor del uso del burkini. Sin embargo, el presidente del consejo, Aiman Mazyek, dijo, en entrevista con DW, que dependía de cada caso y que si una musulmana no deseaba nadar con compañeros masculinos por razones religiosas, entonces su decisión tenía que ser respetada.
“Lo que está a prueba no solo es la integración de los grupos religiosos o, en este caso, de la niña de Fráncfort, sino también la capacidad de tolerancia de nuestra sociedad y la disposición a llevar a la práctica la libertad de religión y de conciencia”, indicó.
La integración no se puede forzar
La pedagoga Yasemin Karakasoglu, de la Universidad de Bremen, opina que la religión es una práctica privada. Sin embargo, cree que debería haber un equilibrio entre la religiosidad de una persona y los intereses pedagógicos del Estado. Karakasoglu aboga por una solución práctica, cercana a la vida diaria, como, por ejemplo, clases de natación separadas para musulmanas ortodoxas.
En el caso de la niña de Fráncfort, los jueces habían destacado la importancia de preparar a los alumnos para vivir en una sociedad pluralista y secular como Alemania.
El abogado de la niña musulmana replicó que “la coeducación no es imprescindible para alcanzar un trato respetuoso entre hombres y mujeres.” Y la pedagoga Karakasoglu añade: “la integración no se puede forzar”.
El compromiso se llama burkini
En su fallo, los jueces del Tribunal Superior Administrativo de Leipzig consideran que el uso del burkini cumple con las exigencias religiosas en la vestimenta de las musulmanas ortodoxas y lo calificaron de “solución práctica entre la misión educativa del Estado, por un lado, y la libertad de religión, por otro”. En consecuencia, la alumna de Fráncfort tendrá que participar en las clases de natación en su escuela.