El café es rey
2 de diciembre de 2013La organización con sede en Wuppertal comenzó a trabajar con productores de café, té y banano, que vendía en las llamadas tiendas “del tercer mundo“, en donde el consumidor sabía que con su compra favorecía a productores provenientes de países en desarrollo. Entre tanto el sello “comercio justo“ se ha extendido a supermercados, tiendas de descuento, tiendas gourmet, restaurantes y cafeterías. También la paleta de productos ha aumentado y ahora maneja una amplia gama, desde alimentos, hasta flores y textiles. Se estima que en el 2012 los consumidores alemanes gastaron 650 millones de euros en productos con el sello comercio justo.
El café sigue siendo el rey entre todos los productos desde que la organización fue fundada en 1974. Durante un seminario para organizaciones de migrantes, Jorge Inostroza, chileno y experto en mercadotecnia de la organización, explicó a un público multicultural las ventajas del comercio justo. Su ponencia salpicada de bromas y anécdotas hizo reír lo mismo a africanos que a asiáticos y latinoamericanos. Inostroza explicó, por ejemplo, por qué la mayoría de los productos tienen un empaque interior de aluminio: para que se conserven en buen estado por más tiempo, pero con la desventaja de que el aluminio destruye el medioambiente. Los productos comercio justo no tienen empaques de aluminio.
Valores sociales y medioambientales
Inostroza explicó el sistema de valores de la organización: la protección al medioambiente, la igualdad laboral entre hombres y mujeres y el pago justo por sus productos, que les permitan cubrir sus costos de producción, asegurar un ingreso e incluso un margen adicional que les permita mejorar su calidad de vida, como invertir en infraestructura, en educación y salud. El trabajo infantil está prohibido. Gepa trabaja a largo plazo con unas 170 cooperativas de todo el mundo. De ello se benefician más de 1,4 millones de productores de Asia, África y Latinoamérica.
“Un 45% de las organizaciones socias de la GEPA provienen de América Latina, con la que en existe una relación muy profuda que va de la mano del café, el primer producto que empezó a comercializar la GEPA en Alemania y sigue siendo el rey del comercio justo. Es una relación de muchos años y es mucho más fácil que la existente entre Europa y África, marcada todavía por muchas dificultades y obstáculos existentes en países africanos“, destaca Inostroza.
La organización otorga contratos por tres años y en algunos casos financiamiento previo. Ése es el caso de una cooperativa fundada en Honduras en 1993 integrada por mujeres. La Coordinadora de Mujeres Campesinas de La Paz (COMUCAP), está conformada por 256 mujeres lencas que viven en el Municipio de Marcala y exporta anualmente 3 contenedores de café oro a Alemania. “Por estar integrada por mujeres la cooperativa no tiene un reconocimiento legal, contra lo que seguimos luchando, porque eso se traduce en falta de créditos, en que no pueden exportar, tienen que hacerlo a través de otras organizaciones”, explica.
El café, un negocio gigantesco
El experto chileno recuerda los inicios de la GEPA, cuando llegaron los primeros contenedores de café de Nicaragua, que sabía mal porque llegaban los granos de café echados a perder. Aun así se tostaban pero el resultado era un sabor amargo y muy concentrado. “Hoy en día la GEPA tiene 70 marcas de café para todos los gustos”.
Para ilustrar el gigantesco negocio del café, Inestroza destacó que antes de que surjan los granos en las plantas, ya fueron vendidos tres veces los cultivos. “Si China produjera café, sería un desafío por la gigantesca capacidad de producción que tiene”.
Los consumidores alemanes, los más ahorradores de Europa, ocupan el cuarto puesto en el consumo de productos de comercio justo, que cuestan un poco más que los productos tradicionales. Los que más consumen son los suizos, seguidos de los ingleses y los holandeses. “Esto está cambiando porque en Alemania hay una discusión muy profunda sobre los cambios ecológicos; tiene que ver con el desarrollo tecnológico e industrial en Alemania, que aspira a ser una potencia en tecnología medioambiental. Buena parte de la sociedad está cambiando su óptica frente al consumo y el ahorro, y prueba de ello es que tan sólo en Berlín hay unos 30 supermercados de productos orgánicos que abrieron durante la última década”.