"El caso de Crimea es excepcional", dicen expertos
9 de abril de 2014La situación en las ciudades de Jarkiv y Donetsk, ubicadas en el este de Ucrania y pobladas por millones de personas, está de nuevo bajo control de las autoridades. Sin embargo, el llamado a realizar un referéndum sobre la independencia de la “República Popular de Donetsk”, hecho por separatistas que ocuparon hace días el edificio de la administración local en Donetsk, recordó a muchos observadores los sucesos ocurridos desde hace unos meses en Crimea. Pero no pueden establecerse paralelismos inmediatos.
“Veo más diferencias que coincidencias entre Crimea y el este de Ucrania. En muchos aspectos, el caso de Crimea es una excepción”, dice Susan Stewart, de la Fundación Ciencia y Política, con sede en Berlín. La composición de la población es distinta en ambas regiones, señala la experta.
“En Crimea, la mayoría de la población es étnicamente rusa: cerca de 80 por ciento de los ciudadanos consideran al ruso como su idioma materno”, agrega, e indica que muchos de los habitantes de Crimea nacieron en Rusia o en zonas marcadas por la cultura rusa. “En Crimea viven muchos militares rusos, buena parte de los cuales está en retiro”, dice Stewart.
Según el censo de población realizado en 2001, en ninguna otra zona de Ucrania se registra una mayoría rusa. En el este y sur del país, la población tiene claras raíces ucranianas; en Jarkiv, 26 por ciento de los ciudadanos se identifican como rusos, mientras que en Donetsk hay un 38 por ciento.
Sin rastros de separatismo
La socióloga polaca Joanna Fomina también ve marcadas diferencias entre Crimea y otras regiones de Ucrania. La zona este del país esta fuertemente orientada hacia la identidad ucraniana, afirma la especialista. Según ella, los habitantes de Donetsk y otras zonas orientales ven de manera crítica el desarrollo de Ucrania. “Sin embargo, se sienten ucranianos y esa identificación es muy fuerte”, asegura.
La socióloga subraya que la preferencia por el idioma ruso en las zonas este y sur de Ucrania nada tiene que ver con un supuesto apego a Rusia como nación. En su investigación titulada “Lenguaje, identidad y política – El mito de las dos Ucranias”, elaborado por la propia Fomina en colaboración con la Fundación Bertelsmann, encuestas diversas muestran una aprobación al fortalecimiento de las relaciones económicas con Rusia. Pero esto no significa que exista ahí una intención clara de dividir a Ucrania y promover una anexión a Rusia. Al contrario: ninguna encuesta realizada en el este y sur de ese país reveló la presencia de tendencias separatistas.
Tampoco Susan Stewart cree que los habitantes del este y el sur de Ucrania quieran una división. “Lo que hay, supongo, es la presencia de activistas rusos que movilizan a la población en la parte sureña y oriental de Ucrania, que no quieren que la relación con Rusia se deteriore, o que están decepcionados con el movimiento de la Plaza Maidan”, asevera.
Diferencias económicas
Crimea y la zona de Donetsk se diferencian además en el aspecto económico. “Crimea cuenta por lo general con fondos provenientes de Kiev. Es vista como un lastre, pese a que se registra un cierto desarrollo en los sectores turístico y agrícola”, opina Stewart.
La zona este de Ucrania es mucho más importante económicamente: la región de Donetsk genera ingresos para el presupuesto estatal. “En el este se ubica toda la industria pesada. Esta es muy importante pero, por otro lado, no ha sido modernizada y aún utiliza tecnología soviética”, afirma Stewart.
Según la experta, la anexión de Crimea fue relativamente fácil para la parte rusa. Ahora Moscú espera a ver si en el sur y este del país puede darse una acción similar; o bien, si se puede desestabilizar dichas regiones sin intervención militar, en beneficio de los intereses rusos.
Stewart considera que Rusia desea evitar el establecimiento de un gobierno estable en Kiev, que pudiera buscar un acercamiento con la Unión Europea y avanzar en el desarrollo del país con ayuda de Occidente. La experta no descarta que desde el Kremlin se pretenda obstaculizar las proximas elecciones presidenciales en Ucrania, programadas para el próximo 25 de mayo.