El Eurogrupo aprueba fondo de rescate para los bancos españoles
20 de julio de 2012España dudó largo tiempo si solicitar o no ayuda del fondo de salvamento para sus bancos escorados. A fines de junio, el gobierno de Mariano Rajoy admitió que no iba a poder salvarlos solo. Si el Estado español hubiera recurrido a más dinero propio, las dudas acerca de su capacidad de pago hubieran sido mayores aún de lo que ya son. La Unión Europea (UE) quiere romper el círculo vicioso de déficit de los bancos y déficit del Estado. Si bien en el futuro los bancos podrán recibir directamente dinero del Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF) o de su sucesor, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), ello será posible solo cuando exista una autoridad única europea de control bancario. En el caso de España, la ayuda pasa a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y, muy importante para los países acreedores: la deuda la asume el Estado español.
No a la distorsión de la competencia
El monto de la asistencia va hasta 100 mil millones de euros. Cuánto necesitarán los bancos españoles se sabrá más detalladamente cuando se haya concluido una auditoría de control y evaluado un “test de estrés” de los bancos afectados.
La ayuda se concede con condiciones. Expertos de la Comisión de la UE, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (que no participa en la ayuda) supervisarán el proceso de saneamiento de la banca española. Los bancos que puedan sobrevivir serán capitalizados; aquellos que ya no tienen salvación serán liquidados o fusionados con otros. Y para que no se genere una distorsión de la competencia, la Comisión Europea velará porque se cumpla con las reglas de competencia de la UE.
La ayuda a los bancos no puede verse aislada
Olli Rehn, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la UE, mencionó como objetivo de la ayuda “dotar a España de bancos sanos, eficientemente regulados y severamente supervisados, que estén en condición de fomentar un crecimiento sostenido”.
El Eurogrupo llamó nuevamente a España a cumplir con los objetivos de consolidación de la Comisión: hasta 2014, el Estado español deberá reducir el nuevo endeudamiento anual de actualmente un nueve por ciento del PIB al tres por ciento. España recibió ya para ello un año más del tiempo previsto inicialmente. Rehn agregó que el vínculo explícito con el programa de ayuda es intencionado: “Solo con un decidido accionar en todos los frentes podrá España alcanzar la estabilidad financiera y tener una economía competitiva y dinámica, lo cual a su vez hará caer el desempleo.”
Airadas protestas contra el programa de austeridad
El programa de ajuste de Rajoy de 65 mil millones ha desatado las iras de la población. Cientos de miles de personas protestan contra las nuevas limitaciones en su vida cotidiana. Por ello, el éxito de todo el programa de consolidación, incluido el salvamento de los bancos, depende también de que población lo acepte.
Ni los planes de salvamento de los bancos ni los recortes anunciados por el gobierno han logrado calmar a los mercados financieros. España sigue pagando por su nueva deuda intereses insostenibles a largo plazo. Por ello, la cuestión es también si más tarde o más temprano todo el Estado deberá refugiarse o no bajo el paraguas de salvamento. En vista de la tensa situación entre la población, Rajoy intentará posponer lo más posible un paso de ese tipo. Pues en ese caso España debería someterse a medidas de ahorro mucho más vastas y estrictas.
Parlamento de Finlandia exige garantías
La mayoría de los alemanes rechaza la ayuda a los bancos españoles. En un sondeo de la cadena alemana de radio y TV ARD, el 52 por ciento se manifestó en contra y solo el 38 por ciento a favor. El jueves (19.07.0212), una gran mayoría de diputados aprobó, no obstante, la ayuda en el Bundestag (cámara baja del Parlamento alemán). Cuán controvertida es la asistencia también en otros países lo demuestra el caso de Finlandia. Allí, el Parlamento aprobó la ayuda un día después que el Bundestag, pero los diputados impusieron un acuerdo complementario con España, en el que Madrid se obliga a depositar garantías por la parte de ayuda finlandesa.
Autor: Christoph Hasselbach / PK
Editora: Cristina Papaleo