El fin del 3%: una sentencia esperada
26 de febrero de 2014Ha sido una sentencia esperada. Para el Tribunal Constitucional alemán, la cláusula de barreradel 3% para poder entrar al Parlamento en las Elecciones Europeas atenta contra la igualdad de oportunidades de los partidos pequeños. Varios de ellos y más de 1.000 ciudadanos interpusieron una demanda contra esta cláusula aprobada hace meses. Con éxito. “Los pequeños partidos son la sal de la democracia, tienen una función muy importante. No les deberían poner barreras”, dice Sebastian Frankenberger, presidente del Partido Ecológico Democrático (ÖDP).
Sin embargo, para otros partidos mayoritarios alemanes podría suponer un duro golpe. En total, en el Parlamento Europeo hay 162 partidos. Más dispersión de partidos afectaría su funcionalidad y esa era la razón esgrimida para argumentar la cláusula. El Parlamento tiene que funcionar con mayorías estables. “Pero las mayorías están ajustadas”, declaraba Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo.
Ya en 2011, el Tribunal Constitucional declaró ilícita la antigua cláusula del 5% para las Elecciones Europeas. El Parlamento funciona igual con muchos partidos pequeños, argumentó entonces el juez. “En ese caso, no se podría justificar este grave ataque contra la base de la igualdad en las elecciones y la igualdad de oportunidades de los partidos políticos”, decía en la sentencia.
¿Quién se beneficia?
Para el representante de los querellantes, Hans Herbert, cerca de 2,8 millones de votos se pierden debido a la cláusula. Traducido en mandatos, 8 escaños de los 99 totales habrían caído en manos de partidos pequeños. Aunque las posibilidades de estos no son grandes, por lo menos son realistas tras la decisión actual y todos los partidos demandantes podrían aspirar a entrar en el Parlamento Europeo. Y la lista es grande. Además del ÖDP, podrían entrar los Electores Libres y los Piratas. Y también el ultraderechista NPD podría estar en el mismo barco.
“Así podrán entrar en el Parlamento Europeo algunos partidos que no representan realmente la opinión política de Alemania”, dice Timm Beichelt, profesor en la Universidad Europea VIadrina. Un ejemplo de un pasado cercano nos muestra las consecuencias potenciales que podría tener eso. “En las Elecciones Europeas de 1984, el Frente Nacional cobró relevancia fuera de su país. En estas elecciones, este partido entró por primera vez en un Parlamento, y nada menos que en el Parlamento Europeo y usó esta base para entrar en Francia”, dice Beichelt.
Aunque ÖDP y NPD persigan un mismo objetivo jurídico en este asunto, Frankenberger no quiere estar en la misma fila que la extrema derecha: “Aunque preferiría que estuviesen prohibidos, que haya un par de partidos extremistas que se hayan unido a esta demanda es un problema de nuestra democracia parlamentaria, ya que no ha conseguido clasificarlos como inconstitucionales”, dice Frankenberger.
Dos objetivos opuestos
¿Pero para qué existen estas cláusula s y cuándo son legitimas? Los resultados de unas elecciones generales deberían terminar en el mejor de los casos en una formación de Gobierno y para facilitar este proceso se implantaron estas cláusulas barrera. Cuanto menor sea el número de fuerzas políticas que entren en el Parlamento, más fácil será formar coalición. “Con esto se pierde una parte de los votos de los electores, pero el objetivo es formar Gobierno y eso está por encima de la libertad de elección”, dice Beichelt.
Sin embargo, en el plano comunitario este problema no existe, puesto que el Parlamento Europeo no elige Gobierno. “Ese objetivo de formar Gobierno no entraría en vigor en este caso. Parece más importante contar con todos los votos”, continúa Beichelt.
En 1979, el Tribunal Constitucional decidió que tal cláusula era necesaria para evitar una atomización de los partidos y no influir en la funcionalidad del Parlamento Europeo. Hoy, 25 años después, lo ve de forma muy distinta y la cámara de Bruselas es totalmente distinta a la de aquel entonces. “Entonces era un simple grupo de consulta y desde la entrada en vigor del tratado de Lisboa es prácticamente un órgano legislador”, dice el jurista Frank Schorkopf.
En los últimos años hubo muchas decisiones diferentes relativas a cláusulas para las elecciones. Y en otros casos también se tumbó esa cláusula barrera. “Se podría identificar esta sentencia como una nueva orientación del derecho electoral”, concluye Schorkopf.