“El Gobierno argentino carece de política económica”
17 de junio de 2008“Los frentes se han endurecido y, al parecer, el Gobierno argentino ha decidido, para evitar el desabastecimiento sobre todo de la capital Buenos Aires, recurrir a la violencia policial contra los manifestantes”, dice Klaus Bodemer, profesor en el Instituto de Estudios Latinoamericanos de Hamburgo.
La crisis en Argentina dura ya más de 100 días. “Es difícil predecir cómo va a desarrollarse este conflicto”, confiesa Bodemer. “Si el Gobierno no pone alguna oferta nueva sobre la mesa, la cosa amenaza con escalar y quedar totalmente fuera de control”.
Precisamente eso es lo que muchos temen: que la cosa escale, que la crisis se adueñe del país y que la sociedad acabe sesgada por una profunda, quizás en décadas insalvable, brecha. “Hay que volver a la mesa de negociaciones. Existe margen para la negociación, siempre hay un margen para la negociación. Pero todo el mundo tiene que ceder un poco.”
“El problema es que el Gobierno carece de un concepto, de una verdadera política económica”, opina Bodemer, “y convocar manifestaciones no sirve para nada.”
Un populismo con tradición
“Apelar a la calle y movilizar seguidores en lugar de buscar soluciones negociadas es un método con larga tradición en Argentina. Los peronistas lo han usado desde los años 50”, comenta Bodemer. Y de él se sirve conscientemente Néstor Kirchner, ahora presidente del Partido Justicialista, al llamar a su gente a “recuperar” la Plaza de Mayo.
“En Chile también hay protestas, los estudiantes salen a la calle a manifestarse en contra del sistema educativo… pero no como en Argentina… Esa política populista de reunir a los tuyos en un acto de demostración de fuerza no se da en ningún otro país de América Latina como en Argentina”, asegura el profesor.
¿Por qué tanto aprecio al uso de la vía pública? “Así es”, dice Bodemer. “Es una cuestión de tradición”, añade. “Los partidos argentinos no son como los europeos, que tienen un programa y una estructura definida. En ellos hay grupos y bandos, hoy están los 'kirchneristas' y los 'cristinistas', etc. Y se agrupan siempre en torno a un líder, a un dirigente carismático.”
Gobierno: es el que hay
Desde que a principios de 2000 “el entonces presidente de la Rúa tuviera que huir en helicóptero porque si no lo hubieran linchado”, recuerda Bodemer, a la oposición le falta precisamente el líder carismático que dé perfil a su tendencia política. “En estos momentos, en Argentina tenemos un sistema de partido único: la oposición prácticamente no existe”, constata el alemán, “no hay una figura capaz de hacerle sombra a los Kirchner”.
El movimiento campesino está tratando de ejercer, opinan muchos, no sólo de instigador de protestas con motivación económica, sino también de canalizador del descontento social y de relleno para el hueco que dejan los políticos que faltan. “Los líderes campesinos también son, por así decirlo, unos caudillos: tienen sus privilegios y sus bastiones. No son representantes democráticos, no han sido elegidos por una mayoría y por lo tanto no pueden sustituir a los partidos políticos. Eso conviene no olvidarlo”, dice Bodemer.
Con ello, a los argentinos no les queda más remedio que “solucionar el problema con el Gobierno que tienen, porque no hay otro. En estos momentos, es la única fuerza política”, opina el profesor. Pero al Ejecutivo argentino le falta, según Bodemer, el plan económico. “En Argentina están concentrados únicamente en los gigantescos beneficios que generan las exportaciones, pero eso no es una política de desarrollo.”
“Hay que diversificar la economía, hay que invertir en formación… para que Argentina no sea sólo un exportador de soja. Para eso hace falta una política a medio y largo plazo que Gobierno actualmente no tiene”. Y aún así, el profesor es optimista: “encontrarán una solución. El ejército no va a salir a la calle, porque no está en condiciones de hacerlo. Pero hasta entonces se pueden producir enfrentamientos muy graves, y si el Gobierno actúa con sabiduría, tratará de evitarlos.”