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El hombre, más cerca del caballo que del perro

10 de noviembre de 2009

Primero se descifró el genoma humano. Después, se puso en marcha el proyecto "Genoma Caballo", en el que participan científicos alemanes, para conocer mejor el ADN equino y compararlo así con el del hombre.

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El AND humano se parece más al equino que al canino.Imagen: DW-TV

"Comparando, cromosoma por cromosoma, el genoma de los caballos con el del ser humano, encontramos coincidencias importantes en la mitad de los casos", dice Helmut Blöcker, del Centro Helmholtz para la Investigación de Infecciones (HZI) con sede en Braunschweig, Baja Sajonia. "Al del perro, el genoma humano se parece sólo un 30%", añade el científico.

Blöcker dirige el grupo internacional que desde 2006 trabaja en el proyecto "Genoma Caballo". En él participan, además del Centro Helmholtz, la Escuela Superior de Medicina Veterinaria de Hannover y el estadounidense Instituto Board. Repartida la tarea entre estos tres organismos, la unión de las piezas del puzzle ha dado como resultado que el hombre se encuentra genéticamente más próximo al equino que al can.

Colocando las piezas de un puzzle

Weisses Pferd auf einer Wiese
Imagen: BilderBox

Todo empezó en agosto de 2006. Por aquel entonces se celebraba en Berlín la exposición "Baja Sajonia, Estado de caballos", que concentraba en un mismo lugar a diferentes interesados en el mundo equino. Allí, el presidente de la Escuela Veterinaria pudo entrar en contacto con los miembros del HZI y proponerles la apertura de una investigación, a la que pronto se sumó el Instituto Board; éste último suministraba el AND necesario y las dos instituciones iniciales se dedicaban a recomponer su forma.

"Hoy en día no estamos en condiciones de secuenciar un genoma completo", explica Blöcker, lo que significa que el material llegó a los expertos partido en pedazos, cuyo orden debía de ser reestablecido. Sólo una vez que se lograra descifrar la situación de cada uno de los eslabones en el conjunto de la cadena, podría ésta someterse a comparación con la del ser humano. Es decir, que una de las mayores dificultades en la labor de los científicos residía en que "aún tenemos que trabajar con trozos sueltos de ADN", comenta Blöcker.

Para aligerar la tarea se procedió al análisis del final de cada pedazo genético, y no del total. Sabiendo cómo acaba una parte se puede conocer cómo empieza la siguiente. "Es algo parecido a tener un montón de ladrillos: sólo si se los coloca de una manera determinada encajan bien unos con otros", asegura el director. Y, además, el grupo contó con el apoyo de de la técnica- de unos aparatos secuenciales capaces de almacenar gigantescas cantidades de datos.

En beneficio del caballo, y del hombre

Finalizada la reconstrucción del genoma equino, los científicos pudieron saber que éste se parece al del hombre más de lo que hasta ahora se había supuesto. De esta constatación se beneficiarán los caballos, ya que la intención es hacer uso de ella para poder estudiar la salud de dichos animales a nivel molecular. Pero también el hombre obtendrá sus ventajas.

Caballo y persona padecen de muchas enfermedades comunes. Por ejemplo, algunas alergias. A partir de los conocimientos ahora obtenidos, los expertos esperan poder descubrir las causas de algunos males y desarrollar nuevos tratamientos con los que combatirlos.

LB/ hzi

Editor: José Ospina Valencia