El independentismo catalán “descubre” América Latina

Era un globo que se inflaba peligrosamente, de manera descontrolada, pero en lugar de estallar, se quedó ahí flotando, amenazante y al mismo tiempo atrapado en la súbita escasez de helio. Después de haber abierto portadas y noticieros en incontables idiomas, la "cuestión catalana”, incapaz de deshincharse, explotar o volar por los aires, se ha convertido en un callejón sin salida, uno que no deja de provocar atascos.

El último de la serie llega hasta México. En un contexto en el que España trata de resolver el rompecabezas parlamentario que, tras las elecciones de abril, no permite todavía dar por sentado que el socialista Pedro Sánchez podrá volver a tomar las riendas del país, el Gobierno regional catalán anunció la semana pasada la apertura de nuevas delegaciones exteriores. Y Barcelona quiere tener representación en territorio mexicano "como puerta de entrada a Latinoamérica”.

El anuncio llega meses después de que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, enviase una carta al Rey español exigiendo disculpas por la colonización. Paralelamente al anuncio relativo a la delegación en México, la Generalitat catalana pidió perdón a los pueblos indígenas mexicanos por las matanzas y agravios de la conquista española en el siglo XVI.

"Enquistamiento del procès"

El independentismo catalán vira hacia Latinoamérica y lo hace tras haber fracasado llamando a las puertas de Europa, pues la Unión Europea y sus Estados miembros no se movieron ni un milímetro de la narrativa del problema como una "cuestión de política interna española”.

Argelia Queralt, profesora de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona, subraya que esto ocurre en un contexto de "enquistamiento” del llamado procès. "El liderazgo político en Cataluña sigue en manos de independentistas que no han asumido que la estrategia unilateral fue un fracaso, que no se puede defender la democracia vulnerando las propias leyes democráticas”, dice a DW. Pese a que el cambio de Gobierno del conservador Mariano Rajoy al socialdemócrata Sánchez supuso un giro madrileño a favor del diálogo político, Queralt considera que desde la otra mitad del balancín "se sigue apostando por la unilateralidad, silenciando además a una mitad, como mínimo, de la población catalana”.

¿Es Latinoamérica el nuevo objetivo político independentista? Diego Gómez Pickering, exdiplomático y periodista mexicano, cree necesario que una región como Cataluña esté representada en su país, como lo están otras, véase la Comunidad Valenciana o Cantabria. Este modelo, dice a DW, es un gran aporte en aspectos como las relaciones económicas y comerciales, la movilidad estudiantil o el intercambio cultural.

Pero eso es todo, sostiene Pickering: "El Gobierno de la Generalitat catalana tiene que saber que la posición de México en cualquier cuestión de soberanismo es inamovible: México entiende España como una sola”.

Batalla comunicativa

Por su parte, Queralt descarta que exista una estrategia diplomática generalizada con la vista puesta en América Latina, pero ve un claro interés de la Generalitat en sacar partido: "sin duda todo lo que sea poder buscar apoyos, aunque sean puntuales, en distintos niveles de poder allá donde sea, para ellos es una victoria”. En su opinión, todo se remite en el fondo a la táctica ya existente de "poner el foco en el carácter no democrático del Estado español”.

Según el índice de democracia de la unidad de inteligencia de The Economist, España es una de las únicas 20 "democracias plenas” que hay en el mundo, con una puntuación superior a países como Estados Unidos, Francia o Bélgica.

En cualquier caso, en Madrid no ha sentado bien el intento de salto transatlántico catalán. El Ejecutivo en funciones de Sánchez ha anunciado que recurrirá la apertura de estas delegaciones -también la anunciada para Argentina- porque las considera un "instrumento fundamental” para promover las tesis secesionistas y "denigrar” la imagen internacional de España.

DW intentó ponerse en contacto con el Gobierno catalán en relación con estas delegaciones, pero no obtuvo respuesta.

La disputa se mantiene, pero estrena escenario. "El liderazgo del independentismo está intentando instrumentalizar la reivindicación que hace López Obrador de una época de la historia de España que evidentemente es rechazable”, sentencia Queralt. "Pero se equivocan con las relaciones que hay entre el Ejecutivo español y los Gobiernos de toda Latinoamérica”. Todo apunta a que la salida que no estaba en Europa tampoco estará al otro lado del oceáno.

(cp)

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