El mágico arte de traducir poesía
17 de abril de 2017El novelista alemán Ludwig Lewisohn, dijo una vez que la traducción era el arte de interpretar y como tal debía de ser considerada una más entre las artes. Para Barbara Buxbaum, una de las traductoras del libro Abecedar, este arte se trabaja bajo la metáfora encerrada en el sintagma übersetzen "que significa al mismo tiempo traducir y cruzar a la otra orilla”.
Poder transformar el medio que es una lengua, con su carga cultural e histórica, de un pueblo a otro, lleva consigo un trabajo que va más allá de transportar una palabra hacia otro idioma. Lleva en sí una carga de contenido que ha de poder interpretarse en otra lengua lo más fielmente posible a la original.
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El chileno Pablo Jofré, quien vive desde hace varios años en Berlín, además de trabajar en su lengua materna también lo hace en inglés y alemán. En 2014 ya había presentado poemas recitados en alemán con música de Andi Meißner en vivo. Su inmersión en Alemania, una cultura muy distinta a la latinoamericana, le ha cambiado su manera de trabajar, concebir e interpretar el mundo, algo que canaliza a través de la poesía. Al respecto dijo que "encontré silencio y al tiempo perdí un medioambiente castellano-hablante. Esto provoca un lenguaje distinto, más abstracto, menos vivo, más conceptual. Es un buen ambiente para corregir con cincel. Mi poesía en Berlín se ha vuelto más ahorrativa en palabras, más seca, más al grano".
En marzo, Pablo Jofré se presentó en la Leipziger Buchmesse con su libro -Abecedar- traducido al alemán por Barbara Buxbaum y Johanna Menzinger quienes hablaron con DW sobre su trabajo y experiencia de tender puentes.
DW: En usted conviven las profesiones de traductor, periodista y poeta, ¿Sería justo decir que para usted son caras de una misma moneda en donde lo que cambia es la modalidad?
Pablo Jofré: "Tu poesía viene del silencio" me recuerda siempre mi traductora griega Constance Tagopoulos y viene a responder positivamente a tu pregunta. La relación periodismo, poesía y traducción es compleja y complementaria: el periodismo me entrega lucidez geopolítica, conocer lo que mueve a la gente –sus miedos, esperanzas y deseos– y convivir críticamente con la sociedad, participando en su conformación a tiempo real, lo que exige una gran energía y responsabilidad. La traducción literaria es una forma de leer intensa y profundamente a ciertos autores que me interesan, para dejarme influir por ellos, o no, es parte de mi proyecto literario. El traductor y el periodista son también los sostenedores del poeta, mis mecenas.
¿Fue alguna de estas profesiones que conviven en usted la que lo trajo a Berlín?
Sí, la poesía. Me vine luego de 8 años viviendo en Barcelona buscando un lugar en el que poder encontrar ese silencio del que habla Constance. Hice un SWOT en un vuelo Ámsterdam-Madrid con el único objetivo de definir un lugar donde poder continuar con mi proyecto de escritura: las condiciones eran: un sitio económico donde poder vivir solo, pero que al salir pudiera encontrarme con artistas de todo el mundo. Berlín fue la primera alternativa.
Desde 2014 que viene presentando "La Edad Ligera" junto al músico Andi Meißner, el Jofre Meissner Project, combinando una vez más música con poesía ¿Por qué eligió narrarlo en alemán?
El poema lo tradujo Johanna Menzinger y nuestro repertorio con Andi incluye otros poemas además de «La edad ligera» (que es parte del poemario «Extranjería»). Lo recito en alemán, en inglés o español, pero preferimos el alemán ya que tiene una fuerza extraordinaria en este idioma que llega muy bien al público.
El pasado 24 y 25 de marzo presentó su libro "Abecedario", traducido al alemán en la Leipziger Buchmesse ¿Cómo fue el encuentro con el público?
Fue un momento muy especial porque casi desde el momento en que comencé a escribirlo, hace más 10 años, venía pensando cómo sonaría esto o aquello en alemán. Finalmente el poeta y editor Adrian Kasnitz de Parasitenpresse en Colonia se atrevió con la traducción de Barbara Buxbaum y Johanna Menzinger. Lo de Leipzig fue una lectura colectiva en la que casi todos eran germanohablantes, así que la mayoría de los poemas los leí en alemán y un par en español. La gente aplaudió entusiasta, les habrán gustado. No deja de ser raro esto de leer poesía.
¿Fue la traducción un trabajo de reescritura tanto para usted como para las traductoras? ¿Cómo fue el trabajo con ellas?
En la traducción estuvimos varios años, al principio participaron amigos como Silvia Caspers, Curdin Seeli o Gregorio Ortega Coto; finalmente avanzamos con Bárbara y Johanna, ellas hicieron el grueso de la traducción. En la parte más intensa teníamos skypes cada dos semanas para resolver las dudas y encontrar soluciones en conjunto. De las correcciones de estilo estuvo a cargo Adrian y su trabajo fue fundamental para resolver el ritmo de algunos versos y crear nuevos títulos que dieran al poemario la forma de diccionario. Adrian fue también quien ideó el título que proviene de una palabra que existe en el diccionario de los Hermanos Grimm –Abcedar– al que sólo agregamos una «e» para darle unidad al sonido de la palabra y, como dice el escritor alemán José F.A. Oliver –que escribió el epílogo de "Abecedar"–, terminar con la boca abierta.
El arte de traducir
Acerca de la traducción, DW accedió a dialogar con las traductoras Barbara Buxbaum y Johanna Menzinger sobre su trabajo en general y en particular con Abecedar.
¿Qué significa traducir y qué cambia especialmente a la hora de traducir poesía?
Barbara Buxbaum: Traducir no es el simple hecho hacer un intercambio de una palabra en un idioma, por la misma palabra en el otro idioma. Es más bien pasar el contenido de un texto a otro sistema cultural. En alemán, "übersetzen” significa al mismo tiempo "traducir” y "cruzar a la otra orilla”, y en esa metáfora estamos trabajando con cada texto. La poesía está aún más cargada de significados subjetivos y juegos de palabras, enraizados en la cultura en la que se crean, y nuestra motivación es siempre mantener la individualidad de cada obra.
Johanna Menzinger: Hablando de idiomas quizás más que la imagen del puente entre culturas me gusta la imagen de un barquito que se mueve y que intenta llevar toda la esencia de un texto o sea el contenido, tono, sonido, ritmo, imagen visual, referencias, asociaciones y connotaciones de un lado hacia el otro lado.
El alemán y el español poseen pocos puntos en común, a diferencia del alemán con el inglés. ¿Cómo fue transformar el texto poético de Pablo Jofré al alemán?
Barbara Buxbaum: Pablo Jofré utiliza imágenes muy claras y llamativas en su "Abecedario”. Cuando comprendí esas imágenes y su motivación, empecé a trasladar su poesía al contexto alemán, intentando darle la misma profundidad e intensidad que tienen en español. Por suerte, pude conocer a Pablo antes de traducir su libro, pude escuchar su poesía en algunas lecturas que iniciamos con nuestro concepto de In-Kult, y pude discutir con él sobre cualquier duda que surgiera en mí sobre sus poemas.
Se podría decir que hablar un idioma distinto al materno implica incorporar también la cultura e historia del pueblo que forjó ese lenguaje. ¿Cómo se sienten oficiando de puente entre Latinoamérica y Alemania?
Barbara Buxbaum: ¡Precisamente esa función de puente entre Latinoamérica y Alemania era la motivación de trabajar de traductora en Berlín! Me sirvió mucho haber tenido la oportunidad de visitar varios países de Latinoamérica y escuchar con atención todas las diferencias en el uso del castellano. Aunque todos hablen español, obviamente cada país tiene sus palabras, usos y connotaciones distintas de la lengua, y ese es el resultado de sus historias y culturas particulares.